Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Mexicali

Vital la unidad de los bajacalifornianos

Nadie le apuesta al fracaso de los gobiernos, porque si les va bien a los gobernantes, le va bien a la sociedad, sean del nivel que sean. Pero esto no puede lograrse dividiendo a la sociedad en dos clases sociales, en los que poseen dinero y los que no.

Nadie le apuesta al fracaso de los gobiernos, porque si les va bien a los gobernantes, le va bien a la sociedad, sean del nivel que sean. Pero esto no puede lograrse dividiendo a la sociedad en dos clases sociales, en los que poseen dinero y los que no. Entre “chairos” y “Fifis”. Los bajacalifornianos necesitan estar unidos. Los gobiernos constituidos sean del color que fueren necesitan construir la “unidad”, para enfrentar los grandes desafíos que existen y existirán en el futuro. Hay que combatir a la delincuencia organizada y desorganizada, también la pobreza y las grandes desigualdades. Hoy que iniciamos nuevos gobiernos municipales en la entidad, es imperativo otorgarles el “beneficio de la duda”, para ver si cumplen con lo prometido. Como tesis centrales de su ideología, primero los pobres, generación de empleos bien remunerados, crecimiento económico, pero sobre todo seguridad a las familias.

La “renovación de la esperanza” se hace necesaria, han arribado al poder personas con ideología diferente, orientadas a lo social, hacia la justicia social. Después de 30 años de gobiernos emanados de acción nacional se presenta la oportunidad de demostrar que realmente son diferentes y que con sus acciones vienen a “dignificar y purificar” la vida pública del estado. No se vale decir o hablar de un cambio, este debe ser real y no nada más decir, “vamos a cambiar, para no cambiar”, porque “la reversa también es cambio”. La gente ya no quiere representantes populares que hagan leyes a modo, desea transparencia y participación, que sean consultados. La democracia lo exige, la libertad de pensamiento, de reunión, de expresión, la libertad para dedicarse a lo que más le convenga a la sociedad, son ingredientes necesarios para la buena convivencia y armonía entre las autoridades y sus representados.

El reconocer en dónde están los problemas y cómo atacarlos es transcendental tomando en cuenta la situación de “inseguridad” y de “impunidad” que prevalece en el estado. Súmele usted los problemas financieros que padecerán los nuevos ayuntamientos y el gobierno del estado. Tendrán que realizar acercamientos con todos los sectores de la sociedad, llámense empresarios, obreros, campesinos y la sociedad civil en general para crear una “unidad” y así, juntos resolver los problemas que padecemos, no es nada más responsabilidad de los gobiernos, es también responsabilidad de todos los sectores.

En el aspecto político, es menester de los nuevos gobiernos realicen reuniones con líderes sociales y grupos de opinión, para conocer sus puntos de vista y necesidades y poder consensar acuerdos para darle “gobernabilidad” al estado de derecho, sobre todo con aquellos grupos que han tenido posiciones críticas como “Mexicali Resiste”, con los líderes magisteriales, de los burócratas y de todas aquellas organizaciones a las cuales no se les han cubiertos sus sueldos. En una palabra, se trata de “dialogar”, de no imponer decisiones que van en contra de estas estructuras. Por ello, insistimos, en que esto no debe quedar suelto, son muchos los “frentes abiertos” que requieren atención de los gobiernos municipales, de los diputados locales, y también debieran intervenir los diputados federales y senadores que representan a Baja California porque algunos de ellos se encuentran ausentes, y al parecer, alejados de las demandas sociales. Lo más importante para el nuevo gobernador es generar “empatía” y “evite” los desplantes que molestan a la gente. Esperamos ver una participación significativa de todos los sectores, pero sobre todo del sector empresarial que ha sido “denostado” por el gobierno actual, olvidando el papel tan sustancial que desempeña en la generación de empleos y creación de riqueza.

*- El autor es economista egresado de la UABC.

En esta nota