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Una buena señal

El pasado miércoles 19, el Senado mexicano, en pleno, aprobó por mayoría (114 votos a favor, 4 en contra y 3 abstenciones) el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (USCMA o T-MEC), junto con sus 6 acuerdos paralelos. 

El pasado miércoles 19, el Senado mexicano, en pleno, aprobó por mayoría (114 votos a favor, 4 en contra y 3 abstenciones) el Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (USCMA o T-MEC), junto con sus 6 acuerdos paralelos. En el país del mar al norte ya está siendo analizado por su parlamento y para cual se estima sea aprobado la próxima semana pero ratificado hasta después en el mes de septiembre, de no anunciar un período extraordinario o de existir nuevos cuestionamientos derivados de la reunión de los presidentes Trump y Trudeau en estos días.

En Estados unidos, aún no inicia el proceso legislativo, aunque se anticipa que pueden darse atrasos por las diferencias que han entre la Cámara de Representantes (liderada por Demócratas) y la Republicana Casa Blanca. Los primeros tratarán de sacar partido ante la necesidad del presidente de tener victorias para su campaña de reelección, entre lo que sobresale una presión por modificar temas como el laboral, mayores protecciones para los trabajadores estadounidenses, revisar cuestiones farmacéuticas y de medicamentos, entre otros puntos.

Sobre lo laboral, quiero recordar al lector que a México se le pido, no quisiera decir exigió, una reforma que incluyó la revisión de contratos colectivos de trabajo en un plazo no mayor a cuatro años, lo que quedó en blanco y negro con la reciente reforma laboral; por eso en ese tiempo habrán de revisarse unos 700 mil contratos de aquí al año 2023. No es cosa menor. Una vez comentado esto, veremos en Estados Unidos como los Demócratas, liderados por Nancy Pelosi, podría pedir se reabra el texto ayer aprobado.

Pero, a parte de la presión que puede aparecer por el lado Demócrata, con el presidente estadounidense nunca se sabe, como tampoco tenemos la certeza en el horizonte relativamente largo de 16 años del nuevo tratado (con una revisión 6 años mas tarde) de que resurjan presiones renegociadoras.

México, el Senado, se adelantó a la aprobación como dijera el Senador Gustavo Madero, para reducir la incertidumbre en los otros dos países, pues en realidad lo haría después o casi inmediatamente que Canadá y Estados Unidos realizara el proceso. Espero, que derivado de la reunión entre los presidentes de nuestros socios comerciales, no hayan fijado una posición conjunta contra México en el sentido de hacer más ajustes y concesiones, de poner más condiciones comerciales y no comerciales.

Junto a esa inquietud, ayer en el Senado los partidos de oposición señalaron que ante la actual coyuntura se requerirá una postura firme del gobierno federal para defender la soberanía ante las amenazas del mandatario estadunidense por otra parte, tras el pase en la Cámara Alta, el Tratado se enviará al Ejecutivo para su publicación en el Diario Oficial de la Federación, siendo esa medida con la que se oficializa su ratificación.

Para finalizar, veo que la aprobación de ayer puede convertirse en una buena señal en el sentido de que el gobierno mexicano, por fin, manda un mensaje a favor de una economía abierta. Solo nos falta esperar el tratado norteamericano.



* El autor es Consejero y Tesorero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands.