Traidores a la patria
En su poema La Divina Comedia, Dante Alighieri ubica a los traidores en el último círculo del infierno ya que considera a la traición como el peor pecado de todos.
En su poema La Divina Comedia, Dante Alighieri ubica a los traidores en el último círculo del infierno ya que considera a la traición como el peor pecado de todos. La razón es que, a diferencia de otro tipo de crímenes, para traicionar primero hay que ganarse la confianza y el afecto de la víctima. Para Nicolás de Maquiavelo, sin embargo, la traición era una parte fundamental de la política y quien no estuviera dispuesto a asumirlo nada tenía que hacer en los lugares de poder. En la historia de la humanidad ha habido traidores que con sus acciones hundieron a sus seres más cercanos y que, en algunos casos, tuvieron que ver en la caída y el surgimiento de nuevos Estados. Cuando el valor y la hermandad de los espartanos parecían estar a punto de doblegar al ejército infinitamente superior de los persas, Efialtes de Tésala llevó información sobre un paso entre las montañas que permitió a los invasores rodear a los guerreros hoplitas de Leónidas y vencerlos en la batalla. Durante toda la época clásica, Efialtes fue el nombre con que los escritores ejemplificaron la traición a la patria y los camaradas. Para los cristianos, Judas Iscariote es sinónimo de traición ya que entregó a Jesús a sus captores a cambio de treinta monedas de plata. Desde entonces, la cultura popular le rinde “homenaje” tanto en carnavales como en fiestas navideñas quemando imágenes suyas o representando su suicidio por ahorcamiento. “¡Tú también, Brutus!” fue la frase con que el emperador romano Julio César se despidió del mundo. En mitad de la emboscada que los senadores romanos les habían preparado, cuando los cuchillos le quitaban la vida, César lamentó la presencia de su hijo Marco Junio Brutus entre los conspiradores. Para Dante Alighieri, este parricida representaba la traición a la familia y a la patria, por lo que lo ubicó en el último círculo del infierno para que recibiera los castigos del mismísimo señor de las tinieblas. Desde el momento en que Malinalli Tenépatl, posteriormente conocida como La Malinche, una bella y astuta mujer unió fuerzas con el conquistador Hernán Cortés, el destino del imperio Azteca quedó sellado. Su amplio conocimiento de los puntos débiles del emperador Moctezuma y su colaboración como traductora fueron fundamentales para lograr las alianzas que llevaron a los españoles a la victoria. Como ocurre con los traidores que cambian el rumbo de un Estado, para algunos esta mujer entregó los destinos de su patria al poder extranjero y las consecuencias de su terrible traición llegan hasta hoy. No obstante, para otros, simplemente fue una de las tantas personas que esperaban una oportunidad para sublevarse contra un sistema que consideraban injusto. A través del tratado de Fontainblue de 1808, España permitió el pasaje del ejército napoleónico a través de su territorio para que Bonaparte pudiera combatir contra Portugal, país aliado de Inglaterra. Sin embargo, una vez conquistado el suelo portugués, Napoleón decidió que España formaba parte de su botín y traicionó a la corona española deponiéndola y nombrando en su lugar a su caricaturesco hermano, José Bonaparte o, como se lo conocía en esa época: Pepe Botella. Antonio de Padua María Severino López de Santa Anna y Pérez de Lebrón fue un político y militar mexicano. Fue Presidente de México en once ocasiones. A lo largo de su larga carrera política se unió en distintas ocasiones a realistas, insurgentes, monárquicos, republicanos, liberales y conservadores (igual que ahora), Santa Anna fue también gobernador de Yucatán en 1824, un traidor en toda la palabra. El presidente de la República Mexicana ha iniciado una campaña contra sus adversarios políticos y a quien no piense como él, llamándolos traidores a la Patria, le acompañan en esa cruzada todos los miembros de su partido, siguiendo esa misma lógica, también son traidores a la patria, quien otorga y quien recibe dádivas del gobierno sin merecerlo, quien recibe sobres amarillos para aportaciones de una causa política, quien destruye la selva, quien protege a los delincuentes etc., ¿en dónde quedó aquel país en el que yo nací, porque seguimos permitiendo tantas tropelías?
*El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.
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