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Tía Sonia

Los amigos son la familia que uno elige, por eso hay amistades que nos marcan de por vida.

“Somos lo que Hacemos”.

Los amigos son la familia que uno elige, por eso hay amistades que nos marcan de por vida. Hace unos días la muerte volvió a tocar nuestra puerta al marcar la partida de la tía Sonia, amiga entrañable de mi madre, tía por elección nuestra, cómplice de las tías Beatriz y Oralia, quienes junto con mamá fueron amigas entrañables desde la secundaría, esto sin importar las pausas y por ende las ausencias que cada una decidió dar en su historia en común.

Ella enviudó algunos años antes que mi madre, recuerdo perfectamente cuando mamá fue a Guadalajara para acompañarla en la operación de René, su esposo; para eso son los amigos, para acompañarse siempre, para brindar el abrazo más grande cuando uno necesita de la palmada más amorosa; esa, que hace que las penas y el dolor sean más llevaderos al ser compartidos con la gente que uno quiere.

Después de enviudar nos dieron una lección muy grande de pundonor y de amistad al procurar juntas un negocio de comida que funcionó un par de años haciendo banquetes y comidas los días domingo; la enseñanza fue muy clara para todos sus hijos; el trabajo enaltece y no hay dignidad más grande que la de procurar el pan para los suyos; hay lecciones que marcan, ni duda cabe, esta fue una de ellas.

Todos tenemos a nuestros muertos, todos seremos algún día el muerto de alguien, a mí me gusta tener a los míos lo más vivos posibles, lo hago a través de su recuerdo, de seguir luchando para que su voz no deje de resonar en mi memoria, lo hago cuando sus recuerdos me provocan una sonrisa, en especial cuando se trata de mi papá, de Francisco Méndez o de David Felipe Gutiérrez, de quien aprendí a brindar con tequila hace casi 30 años.

Hay muertes que nos provocan tanto dolor que uno no vuelve a sentir el mismo con otras muertes, en mi caso fue la de Emiliano, mi guerrero que hoy cumpliría 19 años; ¡Carajo!, hay dolores tan grandes que las lágrimas terminan convirtiéndose en suspiros.

La vida es un camino que se transita mejor cuando uno lo hace rodeado de la gente que uno quiere de verdad, ya sean nuestros hermanos, hijos o amigos; por ello creo que las tías Sonia, Beatriz y Oralia hicieron del de mi mamá más llevadero de lo que hubiera sido el no tenerlas a su lado; claro muy a su estilo, de vez en vez en alguna comida china, hablándose una vez a la semana por teléfono para no empalagarse o circulando las revistas que llegaran a cada una de ellas para terminar siendo leídas por todas; igual que los libros compartieron sueños en sus tardes de High School para acompañarse en la alegría y las penas que cada una de ellas acumuló en el camino recorrido.

Todas las partidas nos marcan, algunas mucho más que otras, tengo la certeza que uno va desprendiéndose de una parte de nosotros cuándo un amigo se va; yo espero que el de mi mamá siga siendo un camino largo, bueno y generoso; estoy seguro que el recuerdo de las cuatro tías, acariciará su corazón el resto de su camino. ¡Qué así sea!

* El autor es empresario y ex dirigente de Coparmex Mexicali.

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