Susano Desastre
Los días pasan y la desesperación del gobernador, Jaime Bonilla Valdez es cada más evidente.<br />
Los días pasan y la desesperación del gobernador, Jaime Bonilla Valdez es cada más evidente.
La semana pasada fue especialmente complicada, para él y su equipo de colaboradores en los temas de salud y laborales.
Decenas de empresas y comercios simulando cerrar, otros de plano sin hacerlo, manteniendo con ello el incremento de casos covid confirmados en la población económicamente activa. Esa de entre los 40 a 50 años, que sigue infectando a la tercera edad, que está muriendo.
Además Tijuana apareció ya como el municipio más afectado por el coronavirus, con mayor número de casos. Aun cuando no es el ayuntamiento más poblado del país y pese a las cuentas “mochas” de la Federación.
Aunque es frontera con el país que presenta el mayor número de casos en el mundo. Algo que los encargados del área de la salud estatal sabían, por cierto.
Bonilla Valdez está como cuando se propaga un incendio y no tienes agua para apagarlo. Ni para dónde voltear, una Federación sorda ante los reclamos de los estados y un gabinete con funcionarios que “como moscas” se fueron cayendo.
Sabe que viene un colapso de hospitales Covid a nivel local, tal y como se ve, y por supuesto que desea repartir responsabilidades ante la inoperante entrega de equipo en hospitales federales que permitan atender la contingencia.
El titular del Ejecutivo estatal aventó culpas a otros escenarios.
Primero, contra maquiladoras que fingen ser esenciales o se negaban a venderle ventiladores al estado. Se logró que algunos de estos productos se quedaran en la entidad, a cambio de permitir su funcionamiento.
Otro frente de ataque fue el IMSS.
El actor, Eugenio Derbez prendió la llama y aunque a muchos no les gustó que las autoridades federales y estatales reaccionaron ante sus demandas de dotación de equipo y material a la clínica 20 del IMSS en Tijuana, es un hecho que fue una dura llamada de atención, aunque viniera de parte del “comediante”, como muchos le calificaron.
Como respuesta, el gobernador Bonilla responsabilizó a la delegada del Seguro Social en Baja California, Desirée Sagarnaga, de que sus médicos están cayendo como moscas ante la falta de equipo. Sabía, dijo Bonilla, que esta institución sería su “Talón de Aquiles” y se quejó de su falta de coordinación y respuesta efectiva a las demandas de equipamiento.
No pasaron ni 72 horas, cuando el mandatario estatal hizo otro grave señalamiento, ahora, contra la Secretaría de Salud, aflorando las serias diferencias con Hugo López Gatell, quien un día antes se refirió a Tijuana como el municipio con más casos y donde no se ha controlado la movilidad.
Zas, llegó el zarpazo mayor: gobierno central, poco confiable, dijo.
Pidió una explicación ante el desajuste en las cifras, y más aún cuando el Estado reporta diariamente la real situación.
A través de sus redes exhibió la aplicación Apple, que usa el gobierno central, como poco confiable para hablar acerca de la movilidad de automovilistas y peatones.
Es evidente que Bonilla Valdez busca ponerse de manera estratégica “del lado de la gente”, con las denuncias públicas contra maquiladores, IMSS, Secretaría de Salud.
Busca alianzas ciudadanas, tejer redes entre la población, debido a la complicada situación que se avecina. Aunque eso le gane fobias centrales.
Esperemos que no sea un presagio de “sálvese quien pueda” esta repartición de culpas a diestra y siniestra.
Por lo pronto, Susano Desastre apareció.
La verdad sea dicha
* La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.
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