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Sucio comentario

No han pasado ni tres meses cuando en este espacio señalaba que el décimo quinto gobernador de Baja California debería de mostrar empatía para ir cerrando heridas, para reconstruir un ambiente de civilidad, para oír y atender a simpatizantes como también a los críticos

No han pasado ni tres meses cuando en este espacio señalaba que el décimo quinto gobernador de Baja California debería de mostrar empatía para ir cerrando heridas, para reconstruir un ambiente de civilidad, para oír y atender a simpatizantes como también a los críticos. No pasaron ni setenta días para recibir embates, cuestionamientos y ser objeto de comentarios por el descontento por el aumento de impuestos, al grado de que según el máximo representante popular de Baja California, dijo que los empresarios “chillan más que un puerco atado en un cerco“. Me uno a lo que otros representantes empresariales han comentado respecto a que haya mesura, al derecho y al respeto.

Dicho sea de paso, no sólo el comentario es un muy sucio tratamiento hacia quienes generan empleos, que no burocracia, sino que también nuevamente apreciamos que se toman decisiones en lo oscurito, al cuarto para las doce del inicio del año, gobernando con parcialidades aprobando con la mayoría Morenista en nuestro Congreso estatal, administrando sin racionalidad y carente de productividad a la hora de emplear los recursos públicos porque el aumento a los impuestos en gasolina, a los artículos empeñados, a los espectáculos, a quienes arriben por vía aérea y al hospedaje; todos ellos afecta a todos los que aquí vivimos o nos visitan, no sólo a los empresarios.

Hay aumentos que en efecto, afectarán a las empresas y por eso pudieran provocarse impactos negativos para la generación de empleo. Es el caso de haber aumentado el Impuesto Sobre Nómina, como si la encomienda sea castigar a quien da empleo formal, a quienes evidentemente no generan burocracia. En mismo sentido me llama la atención que el Subsecretario de Economía del Estado señale que los impuestos no causarán efectos negativos en la economía y generación de empleos de Baja California porque es una medida transitoria, no se está saliendo de competitividad con respecto a otros estados, toda vez que la media nacional (el SN) ronda precisamente en el 3%. Con todo respeto, que bajo criterio empresarial, es un aumento a costos directos y nada tiene que ver el referente de otros estados.

Inconsistente es el argumento que se da para justificar los gravámenes señalando que la administración estatal recibió las finanzas en una situación precaria y por ello se optó por generar mayores recursos a través de impuestos. Resulta fácil la estrategia gubernamental de tener más recursos subiendo impuestos en vez de proponer una reducción de gastos públicos; que fácil resulta pedirle al que ya contribuye se apriete más el cinturón en vez de buscar esquemas para ampliar la base de contribuyentes en vez de reducir la nómina estatal, de disminuir los gastos de operación.

Me uno, si, también a lo que colegas y representaciones empresariales han manifestado aquí y en Index Tijuana las empresas de manufactura global, las IMMEX, son uno de los sectores que más genera empleo. Coincido con varios de ellos sobre que los incrementos no están sustentados en tendencias económicas y repercutirán en una pérdida de competitividad en la entidad y el costo lo terminará pagando el consumidor final… es decir, todos nosotros.

Seguramente me indicarán que lo he dicho en otros dos o tres ocasiones, pero parece que seguiré insistiendo en esto: el gobierno actual de Baja California requiere convencer, informar, respetar las políticas públicas, autocontrol, empatía, liderazgo y Estado de Derecho.

Hasta la próxima semana.

* El autor es Consejero y Tesorero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands.

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