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'Sobre(virus)viviente'

Un gran amigo pensaba que el acontecimiento más impactante de la época que nos ha tocado vivir fue la llegada del hombre a la luna. Este año cambió de opinión. La pandemia del coronavirus desplazó la romántica cita de “un pequeño paso para el hombre; una gran salto para la humanidad”, que pronunció Neil Armstrong al pisar la superficie lunar.

Un gran amigo pensaba que el acontecimiento más impactante de la época que nos ha tocado vivir fue la llegada del hombre a la luna. Este año cambió de opinión. La pandemia del coronavirus desplazó la romántica cita de “un pequeño paso para el hombre; una gran salto para la humanidad”, que pronunció Neil Armstrong al pisar la superficie lunar.

Categórico: El coronavirus, que nos ha cambiado la vida, se ha convertido en el signo de nuestro tiempo.

Sin embargo, el título de este artículo de ninguna manera es un inaudito deseo para que COVID-19 tenga “larga vida”. ¡Ni Dios lo quiera!

Además, por principio, no hay consenso en la comunidad científica si los virus son o no organismos vivos. Los más aventurados señalan que están en el umbral de la vida, a pesar de no tener células ni metabolismo propio.

Por ello, en forma genérica se les llama agentes infecciosos. Son entes individuales imposibles de detectar a simple vista. Con prevalencia relativamente breve hasta que se hospedan en un ser vivo y entonces se reproducen a una velocidad espeluznante. La biología dice que se replican; la ciencia ficción, que se clonan.

Entonces sí, detener el desbordado aumento de tales agentes infecciosos como el coronavirus puede ser toda un odisea médica. Que se complica dependiendo del estado general de salud y fortaleza del sistema inmunológico de cada paciente. Siendo el asma, la obesidad, la hipertensión, la diabetes y otros padecimientos crónicos o descontrolados los organismos más vulnerables hasta llegar a producir la muerte. A la fecha, más de 5 mil fallecimientos en nuestro país; ¡más de dos mil en las últimas 24 horas!

Se requieren defensas internas y externas para enfrentar esta arrasadora epidemia. Buena alimentación, ejercicio físico y sensatez (control psicológico): sin olvidar todas las medidas sanitarias y de protección personal indispensables…

En forma externa, un sistemas de salud público y privado eficiente y suficiente (no saturado o rebasado). Ante la gravedad que causa en COVID-19, su combate debe estar comandado por la ciencia biológica y la medicina epidemiológica. No es un mal que se pueda controlar con afanes políticos, ni aun con la dialéctica más elevada y menos con ocurrencias por tempraneras que sean.

Es urgente que se realicen un mayor número de pruebas por millón de habitantes. Ya que tan sólo se realizan 1,103 por cada millón. Cuando mínimo se requieren quince veces más.

No salir de casa a menos de que sea verdaderamente indispensable o urgente y, en el exterior utilizar mascarillas, mantener la sana distancia y lavarse continuamente las manos como medidas preventivas elementales. Pero, sin alarmismo, me temo que no serán suficientes en un país en donde muchos no cuidan su integridad física ni respetan la salud y la vida de los demás.

LA PALABRA DE HOY: CORONAVIRUS

Por medio de un microscopio electrónico se observa en forma de guirnalda o corona, apariencia que, al fusionarse con el concepto virus que significa veneno, da origen a la palabra coronavirus.

“Un veneno con forma de corona” que, si no se combate científica, médica e inteligentemente seguirá siendo un devastador super(virus)viviente.

*- El autor es profesor de Redacción Creativa en Cetys Universidad.

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