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Recortes al gasto público

Las expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se siguen reduciendo de acuerdo a diferentes calificadoras e instancias nacionales e internacionales.

Las expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) se siguen reduciendo de acuerdo a diferentes calificadoras e instancias nacionales e internacionales. La reducción del gasto federal en diversos aspectos como recortes de personal, retraso en los programas sociales y en las compras públicas como medicamentos, además de la disminución de las transferencias hacia estados y municipios han afectado el desempeño económico durante el inicio de esta nueva administración. El freno al gasto público, que normalmente se da en un inicio de gobierno, vino a exacerbar la desaceleración económica en la que veníamos desde el año pasado, porque la inversión y las exportaciones se venían debilitando por la incertidumbre interna y externa, derivada del cambio político y la falta de certeza en el rumbo que tomaría este nuevo gobierno.

La reducción del gasto público tiene incidencia o impacto negativo en el gasto privado; los apoyos sociales normalmente se traducen en consumo privado y las compras públicas hacia las empresas apoyan la operación de éstas. Cuando frenas el gasto público, también afecta el consumo e inversión de hogares y empresas. Así mismo, el sector privado también está frenando el gasto, pues no está satisfecho con las nuevas reglas de juego, como cuando se canceló el Aeropuerto de Texcoco. Tampoco está de acuerdo con la propia cartera de proyectos públicos que han sido muy cuestionados, como el aeropuerto de Santa Lucía, el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y evitar la entrada de más capital privado al sector energético. Estas son solo una prueba más de que el gobierno actual, no tiene pies ni cabeza en términos de políticas públicas que vengan a incentivar la inversión, el consumo y el ahorro en nuestro país.

Es importante que el gobierno federal genere confianza en los inversionistas para incentivar el crecimiento económico, ya que a pesar del acuerdo suscrito entre el gobierno y los empresarios en donde se comprometen a invertir 30,000 millones de dólares, resultan no significativos en un entorno donde se requiere mayor inversión para estimular el empleo y el ahorro de los mexicanos. Además de reactivar el gasto, otra acción que debe ejercer el gobierno para impulsar la economía es tener claridad en las políticas públicas para que el sector privado pueda gastar e invertir.

De continuar inhibiendo estas variables el resultado será funesto para la economía de nuestro país y si continuamos con la “ola” de subsidios a diestra y siniestra, priorizando el gasto público clientelar, haciendo prospectiva o creando las condiciones para “refrendar” el apoyo político hacia el partido que actualmente ostenta el poder y al cual le urge tener mayoría en el congreso de la unión para “imponer” los cambios que sean necesarios y legislar a su favor para retener el poder. El hacer un uso político del gasto público nos llevará tarde que temprano a una crisis económica cuyo resultado será inevitablemente un déficit presupuestal que implicará un endeudamiento externo que nadie desea.

En otro tema, todavía se comentan los resultados obtenidos por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), sobretodo en Mexicali y Tijuana, triunfos logrados por la labor tan eficiente desarrollada por su Delegado Especial Omar Sesai, donde destaca como un buen operador político. Por haber rendido buenas cuentas a su partido no solo en Baja California sino también en otras entidades y por mantener una excelente relación con la mayoría de los candidatos del PVEM ganadores en el Estado, ya se habla de su posible designación como el nuevo Dirigente Estatal del Verde en Baja California.





*El autor es economista egresado de la UABC