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¿Qué edad te quieres poner en tu acta de nacimiento?

Se trata de la jurisprudencia 1ª./J 29/2021 publicada recientemente en el Semanario Judicial de la Federación y que surgió a raíz de una serie de impugnaciones en contra del Código Familiar de Sinaloa.

“La ociosidad, como el moho, desgasta mucho más rápidamente que el trabajo.”

BENJAMIN FRANKLIN

Se trata de la jurisprudencia 1ª./J 29/2021 publicada recientemente en el Semanario Judicial de la Federación y que surgió a raíz de una serie de impugnaciones en contra del Código Familiar de Sinaloa, que prevé la posibilidad de modificar la fecha de nacimiento.

Frente a estas impugnaciones, los sesudos ministros establecieron que efectivamente se pueden modificar las actas de nacimiento, como siempre ha sucedido, sin embargo, ahora incorporan un nuevo concepto: “la verdad personal” y bajo este argumento, las personas que consideren que su edad es diferente a la establecida en su acta de nacimiento, podrán solicitar su modificación, al considerar que la “verdad biológica”, no concuerda con su “verdad personal”. Esta jurisprudencia añade que: “siempre y cuando no se observe la existencia de algún indicio de mala fe para querer utilizar ese cambio a fin de crear, modificar o extinguir derechos u obligaciones en perjuicio de terceras personas”.

Para rematar tal aberración, la corte añade que: “si ante la sociedad una persona se ha identificado constantemente en sus actos privados y públicos con una determinada fecha de nacimiento, … “entonces ello forma parte de su biografía, de su “verdad personal”, pues la identidad se construye durante toda la vida con elementos que van más allá de la “verdad biológica”.

Dicho de otra manera, si mi verdad personal, la cual formé hace años argumentando otra edad diferente y mi grupo social me lo cree, con cirugías o no, me permitirá alterar un documento de identidad que no debería estar al capricho de personas que quieren aparentar otra edad o emular al Dorian Grey de Oscar Wilde.

Adicionalmente a ello, hoy en día también podemos, por virtud de otra interpretación judicial, cambiar el orden de los apellidos asentados en el acta, lo cual atenta contra los derechos de igualdad, pero se olvidan de la importancia de la filiación, como un concepto que existe desde la antigüedad y que servía para establecer la vinculación de alguien en una sociedad. Hernández, hijo de Hernán, González, hijo de Gonzalo o en otras latitudes, principalmente judías, como Samuelson, hijo de Samuel o en Rusia con Lenin, por ejemplo, llamado Vladimir Ilich Ulianov, hijo de Ilia o Grigorig Efimovich Rasputín, hijo de Efim. Pero en México esto no sirve.

Me parece que hoy en día estamos cayendo en un abuso de lo que hemos mal llamado, los Derechos Humanos, al interpretar que todo aquello que nos moleste, como el aletear de una mosca, un acta de nacimiento que me dice que estoy viejo y que atenta contra mi sensibilidad, o cualquier otra cosa, la podré cambiar a conveniencia. Por eso hoy se permite que cualquiera tome una caseta de cobro, que maestros dejen sin clases a miles de alumnos porque se sienten agredidos, que un grupo de facinerosos quemen camiones en una carretera o impidan que trenes circulen por el país y la autoridad no mueve un dedo, por los mal entendidos derechos humanos.

Ya es tiempo de revalorar nuestras leyes y preservar el Estado de derecho, que debe ser respetado por todos los miembros de una sociedad y no tirado a la basura cuando se nos quiere aplicar una ley que no nos gusta.

*- El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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