¿Qué camino queremos?
Nuestro presente es la suma de nuestras acciones, ya sean errores o aciertos de todos los que conformamos nuestra sociedad.
SOMOS LO QUE HACEMOS
Nuestro presente es la suma de nuestras acciones, ya sean errores o aciertos de todos los que conformamos nuestra sociedad, es la forma en la que vemos la vida, de cómo la percibimos, es el reflejo de lo que nos mueve, es la ruta que seguimos como comunidad para evolucionar o degradarnos lentamente hasta estancarnos en una sociedad que deja de crecer, que se rinde ante la falta de oportunidades y que por ende queda a deberle a las generaciones por venir; tristemente esto último es un escenario latente en estos días; somos lo que hacemos y lo que hemos dejamos de hacer.
Si creemos que nuestro esfuerzo debe sumarse al de los demás, si nuestros hijos tendrán las oportunidades que estén en mí y en usted construir, si creemos que una mejor comunidad pasa a través de la verdad, de la justicia, de la equidad y de la razón, entonces debemos hacer de ellas el común denominador de nuestras acciones, tan simple y sencillo como ello para que el trabajo individual se sume colectivamente y con ello la vertebración social privilegie las oportunidades para construir un mejor presente que resulte en un futuro generoso para todos, que privilegie el esfuerzo individual y reconozca su resultado en la colectividad social.
En Camelot anteriores hemos discernimos juntos respecto a la urgente necesidad de combatir frontalmente a la corrupción, ese cáncer tan generalizado que ha hecho metástasis en nuestra sociedad, y del que pareciera sólo tenemos la firma intención de combatir con nuestros dichos, no en los hechos. La corrupción ha cancelado millones de oportunidades de desarrollo para nuestra gente, ha provocado rezagos en infraestructura que han impedido el desarrollo sustentable de nuestras comunidades, ha sido el común denominador de políticos inmensamente ricos a los cuáles tristemente nuestra gente los ve con el desdén de la cotidianidad que termina siento complicidad manifiesta ante la falta de sanciones legales y sociales, otra vez, el principio es el mismo, somos lo hacemos y lo que hemos dejado de hacer.
En “Alicia en el País en el País de las Maravillas”, Alicia le pregunta al Conejo- ¿Qué camino debo tomar? su respuesta es magistral, “Eso depende de a dónde quieras ir”; respondamos entonces primero ¿A dónde queremos ir? para entonces empezar a andar nuestro propio camino. Si ¿Queremos un estado con mejores oportunidades para nuestra gente?, ¿Queremos ciudades con más y mejor infraestructura?, ¿Queremos mejor educación?, ¿Queremos más seguridad para nuestras familias?, ¿Queremos justicia expedida e imparcial? ¿Queremos un Congreso que legisle para nuestro bien?, ¿Queremos gobiernos honestos en los que la corrupción sea tema pasado y no incomodo presente?, entonces tenemos claro cual camino debemos de tomar; dependerá de nosotros demostrar el tamaño de nuestro compromiso, mandemos al diablo a nuestras realidades, atrevámonos a romper la simple cotidianidad en favor de la libertad de las ideas, en favor del compromiso que marca, no el de la insoportable levedad del ser, no del que no tiene ni siquiera la respuesta de por cuál camino arriesgar.
La vida ha sido más generosa con un grupo reducido que tenemos todo, mientras son muchos menos lo que tienen muy poco; la responsabilidad de los primeros es moral y éticamente superior al que poco tiene; dejemos a un lado nuestra insolencia; asumamos el papel que nos toca desempeñar en nuestra comunidad.
*- El autor es empresario, ex Presidente de Coparmex Mexicali.
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