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Punto

La principal cualidad que debe distinguir a un servidor público es, sin duda, la honestidad. Por consiguiente, cuando un candidato posee esta característica le da certeza a los ciudadanos del rumbo que tomarán las acciones de gobierno, si resulta ganador, en el cercano, mediano y largo plazos. 

Por el derecho a la libertad de expresión.

La principal cualidad que debe distinguir a un servidor público es, sin duda, la honestidad. Por consiguiente, cuando un candidato posee esta característica le da certeza a los ciudadanos del rumbo que tomarán las acciones de gobierno, si resulta ganador, en el cercano, mediano y largo plazos. Les asegura también que los recursos financieros y las promesas de campaña formarán parte primordial del quehacer gubernamental. En ciudades medias como la nuestra donde todos tenemos la posibilidad de conocernos, el prestigio y la historia pública forman parte de nuestro presente. Por eso, cuando Javier Ignacio Urbalejo Cinco decidió participar nuevamente en las elecciones para la Presidencia Municipal de Tecate, su desventaja esencial es, fundamentalmente, la deshonestidad con la cual se condujo durante su administración municipal.

Por el alto riesgo que implica ponerlo nuevamente frente a la tentación del dinero fácil y la tendencia hacia la corrupción que ha manifestado y ejercido, nuestro voto no debe ser para él. No debe haber una segunda oportunidad para alguien que, en tres años como alcalde, logró un enriquecimiento personal inexplicable e ilícito. Sus ingresos totales obtenidos en tres años, como se le comprobó en la denuncia de juicio político, fueron mucho menores a sus adquisiciones. Durante su administración compró una casa para su exesposa; pago una deuda de miles de pesos, y se compró más de diez carros de los cuales, al menos tres de ellos eran del año. Aunque no se tienen evidencias se rumora que tiene otras propiedades, entre las cuales está la construcción de una casa en la Colonia Bella Vista, donde actualmente vive y otra en California. El Semanario Zeta le comprobó con documentos oficiales, que favoreció con obras públicas a un selecto grupo de cuatro arquitectos, a los cuales les otorgó y benefició con contratos millonarios.

Él, su Cabildo y un grupo de tecatenses traicionaron a nuestra Tecate, otorgándole a la ciudad de Tijuana y sin consultar a la ciudadanía, una gran porción de tierra en la zona rural, en un acto obscuro y negociado en las sombras. Bajo el argumento de que se iba a conformar una gran metrópoli que permitiría obtener recursos extraordinarios para el desarrollo urbano, aceleraron los trámites y sin más, firmaron los nuevos límites territoriales que mermaron nuestra geografía. De esta manera perdimos Valle de las Palmas, la Presa El Carrizo, Cañada Verde y el Ejido Carmen Serdán de los cuales éramos ancestralmente dueños. A punto estuvimos de perder, inclusive, el Rancho La Puerta. ¿Quién ganó con esta transacción?

Estas son solo unas de las perlas que Urbalejo Cinco se cuelga como collar. La mejor, sin embargo, es cuando afirmó que su declaración patrimonial era pública y podía ser consultada por cualquier ciudadano y no fue cierto. Aún más, fue tan falso como lo está siendo ahora, cuando dijo que la denuncia hecha en su contra de su corrupta administración es producto de los medios. Nada más lejos de la verdad. Urbalejo Cinco no está siendo honesto ni pretende modificar su conducta. Quiere, con pleno conocimiento de causa, ser reelegido para volver a apoderarse de nuestros recursos financieros. Punto. Vale.







* El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.