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Primero; no, menos, tercero

Me referiré en esta ocasión al informe del Presidente. No es el primer informe, es el tercero y seguramente habrá un cuarto el 1 de diciembre cuando legalmente asumió el cargo presidencial en el 2018.<br /> 

Me referiré en esta ocasión al informe del Presidente. No es el primer informe, es el tercero y seguramente habrá un cuarto el 1 de diciembre cuando legalmente asumió el cargo presidencial en el 2018.
Pienso que entre el segundo y tercer informe no hubo muchas novedades, pues además a diario, en cada conferencia mañanera, va actualizando sus temas, resultados y puntos a tratar en los siguientes días, semanas o meses, no importando si son de ámbitos estatales o de otros poderes. Me llamó la atención, que aún no separa las opiniones y creencias de los hechos concretos, así como se han evadido datos que pueden ser útiles incluso para reiterar logros, si los hubiere, y corregir el rumbo, si fuera necesario.
Las cifras, de las que omite entrar a fondo pues quizás no las entiende o les tiene aversión, deben ser objetivamente considerados cuando se habla de crecimiento y desarrollo, pues el segundo no puede darse sin el primero, pienso yo. Sin ser economista ni analista en esos temas, pienso que si no hay crecimiento y el empleo crece a menor ritmo o incluso se pierden plazas laborales, se dificulta el repartir la riqueza, el cerrar la brecha en la distribución de los ingresos que, siendo honesto, hace mucha falta en nuestro país, en todo el territorio de la República para evitar se sigan formando dos o más México.
Esto es más claro pues recientemente leí que México está al final de la tabla mundial de crecimiento. Por eso asumo que no sólo es labor del gobierno el procurar el bienestar de la población, sino también las empresas deben contribuir con ello pero permitiéndoles una transparente participación, es decir, no dejarlas fuera del desempeño de producción, distribución y comercio, como tampoco de inversión en infraestructura y vivienda, por ejemplo. Si hay corrupción empresarial y de las inversiones o compras públicas, pues que se castigue, antes de cancelar proyectos.
A las empresas, como a cualquier persona, nos agradan las buenas noticias como las de la semana pasada en donde se conciliaron posiciones respecto  la construcción de los gasoductos y, a partir de lo que escuché en el informe del Presidente el pasado domingo 1 de septiembre, la posibilidad de que la iniciativa privada participe en las cuatro grandes estrategias económicas del gobierno. Esa fue una señal positiva, porque se reconoció que aunque no hay recesión, no hemos crecido y está muy lejana la meta de hacerlo en 2% este año y en 4% en promedio en todo el sexenio.
Bueno este es el aspecto económico de lo que percibí del Informe. Pero opino que aún debe quedar claro en los mensajes del Presidente que debe gobernar para todos, que debe eliminar los conceptos y declaraciones que provoquen confrontación, erradicar los comentarios que muestren desprecio o menosprecio a los opositores y críticos del gobierno. El pueblo, aclaro, somos todos lo que nacimos y vivimos en este precioso país.
En resumen y para concluir este espacio, los mensajes del Presidente deberán ir en el sentido de seguir tranquilizando a los mercados e inversionistas nacionales y extranjeros, así como para ir moderando a los demonios del radicalismo, de los cuáles hay muchos en los gabinetes legal y ampliado, pero también en el poder legislativo y en el movimiento que lo llevó al gobierno.


*El autor es consejero y tesorero nacional de Index, además de director de Recursos Humanos para Latinoamérica en Newell Brands.

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