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Prepararnos para una Navidad especial

Ahora, por el grave enemigo que tenemos de la pandemia, mucha gente nos recuerda que hay que rezar.

Ahora, por el grave enemigo que tenemos de la pandemia, mucha gente nos recuerda que hay que rezar. Siempre una oración es una petición para Dios y esta se la debe entender en doble sentido, es decir, hay que trabajar en ello para cumplirla. Hay una frase común que dice “Reza, pero sigue remando hacia la orilla”. Es decir: Si, clamemos al cielo, pero pongamos de nuestra parte para salir de esta crisis.

Aunque todavía quedan unos días, conociendo el escenario actual, es evidente que ya nos podemos ir olvidando de las grandes reuniones en Nochebuena, Navidad, Nochevieja o Reyes. Pero si se hacen las cosas bien y actuamos de forma responsable, llegaremos a estas fechas, celebrándolas con nuestros seres queridos, juntos, pero no físicamente. Juntos en espíritu. Mostrándonos nuestra amistad y cariño, pero virtualmente.

Navidad es un tiempo de encuentro, pero por la peligrosidad del COVID-19, es necesario hacer una serie de ajustes para que las reuniones no sean las acostumbradas aglomeraciones de familia y amistades. Tendrán que ser vía “Zoom”. En este sentido, podemos reunirnos entre familiares y amigos, pero programando nuestras videoconferencias. No vernos, no es hacernos el “fuchi”, es respetarnos para no contagiarnos.

Esto nos dará la oportunidad de compartir vía internet con más facilidad con diversas amistades. Tenemos un gran recurso en estos tiempos de pandemia y es la posibilidad de utilizar la tecnología con el fin de poder vernos y hablarnos. Ante la necesidad de preservar nuestra salud, podemos utilizar las diversas plataformas digitales y las redes sociales electrónicas.

Sabemos que no es igual al contacto físico, sin embargo, es una buena manera de poder vernos ante estos momentos de dificultad en los que los traslados están limitados. Debemos conversar con nuestros familiares y amigos, planificando con antelación las actividades navideñas que tendremos. Por mucho que nos cueste, debemos de prepararnos emocional y psicológicamente, teniendo conciencia del momento de salud mundial que atravesamos. Tengamos la seguridad de que, a pesar de todo, la representación de la llegada del Niño Dios, se hará realidad, una vez más. Y lo de Santa: Bueno, ahí dependerá de que tan bien nos portamos cada cual.

Este 2020, toca cambiar los abrazos, los besos y los gestos de cariño por el gel antibacterial y antiviral, las mascarillas, la distancia social y la reducción de personas en nuestras cenas y comidas. Nunca nos hemos enfrentado a nada así y vamos a tener que modificar los encuentros y reencuentros, las posadas, etcétera. El ambiente navideño lo llevaremos todos por dentro, y vivirá en las casas un contexto mucho más reflexivo que de costumbre.

Ya la mayoría, estamos hartos de oír las medidas, pero el uso de la mascarilla es imprescindible, y la distancia social también; y ni hablar de la higiene de manos. Tenemos que intentar mantener la calma y soportar lo que tenemos que soportar, porque no nos queda de otra. A menos que queramos que el 2021 lo comencemos peor. Felices reflexiones y feliz Navidad.

El autor es asesor administrativo, presidente de Tijuana Opina y coordinador de Tijuana en Movimiento

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