Peste Antonina
En el año de 166 y tras la caída del Imperio de Partia, los co-emperadores Marco Aurelio y Lucio Vero celebraban sus triunfos, todo parecía marchar de manera gloriosa.
En el año de 166 y tras la caída del Imperio de Partia, los co-emperadores Marco Aurelio y Lucio Vero celebraban sus triunfos, todo parecía marchar de manera gloriosa. Pero prontamente la situación cambiaría de manera drástica, una sombra oscura arremetía de manera sigilosa contra Roma. Junto con las legiones que volvían de Oriente venía también una peste que terminó diezmando a cientos de miles de personas con el pasar de los años. Aunque nos resulta imposible saber exactamente cuál fue el saldo de mortalidad de dicha tragedia, si sabemos que durante los siguientes años el gobierno romano trató de ayudar a los enfermos que rondaban no solo por Italia sino por las provincias vecinas. La Peste Antonina, 165-180 D. C., conocida también como la plaga de Galeno, porque fue este famoso médico quien la describió y que afectó al Imperio Romano. Fue llevada por las tropas que regresaban de las campañas del Cercano Oriente. Las fuentes antiguas están de acuerdo en que la epidemia apareció por primera vez durante el asedio romano de Seleucia, en el invierno de 165-66. Seleucia del Tigris fue una región conquistada en 141 a.C. por Mitríadas de Partia. La misma se encontraba a orillas del Tigris en la Mesopotamia, el asedio fue agobiante y lento, los legionarios pasaron un prolongado período de tiempo en una ciudad improvisada de tiendas de campaña. Caldo de cultivo óptimo para que se disemine la peste. Socialmente esta peste caló muy hondo en la cultura romana. Con charlatanes y auto-proclamados magos que ofrecían curas milagrosas abundando por las calles de todas las ciudades de Roma. La plaga se extendió a la Galia y a las legiones a lo largo del Rin. Una gran población murió por todo el Imperio. En 166, durante la epidemia, el famoso médico griego Galeno viajó desde Roma a su casa en Asia Menor. Regresó a Roma en el año 168 y estuvo presente en un brote entre las tropas estacionadas en Aquileia, durante el invierno de 168-169. Describe la plaga como "grande" y de larga duración, menciona síntomas como la fiebre, la diarrea y la inflamación de la faringe, así como una erupción en la piel, a veces seca y purulenta, que en ocasiones aparece en el noveno día de la enfermedad. Los historiadores modernos creen que se trató de viruela o de sarampión. Socialmente esta peste caló muy hondo en la cultura romana. Con charlatanes y auto-proclamados magos que ofrecían curas milagrosas abundando por las calles de todas las ciudades de Roma. En su consternación, muchos buscaron protegerse con magia y otras supersticiones. La epidemia tuvo drásticos efectos sociales y políticos en todo el Imperio Romano el reinado de Marco Aurelio constituye un punto de inflexión en muchas cosas, y sobre todo en la literatura y el arte; la crisis fue provocada por esa plaga. El mundo antiguo nunca se recuperó del golpe asestado por la peste que lo visitó en su reinado. En el mundo actual la pandemia causara más daños económicos y sociales que la misma enfermedad causada por el coronavirus. Nadie sabe a ciencia cierta cómo evitar el contagio de la misma, pero sí cómo podemos evitar su propagación, obedezcamos las indicaciones médicas, no las políticas, muchos políticos aparecen en los medios haciéndose publicidad, ellos son la verdadera pandemia, deberían guardar silencio y no opinar, ellos son el verdadero peligro. Cuide su salud y si tiene que trabajar después de la cuarentena para sostener a su familia hágalo con las debidas precauciones, el gobierno no lo va a ayudar, de eso no tenga la menor duda.
*- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.
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