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Palúdico

¡Uy! ¿Hasta cuándo se podrá celebrar el día de “cierto control” del coronavirus? ¡No, ni para cuándo!

¡Uy! ¿Hasta cuándo se podrá celebrar el día de “cierto control” del coronavirus? ¡No, ni para cuándo!

Esto lo apunto porque el pasado domingo fue el Día Internacional del Paludismo. Aunque muchos me corregirán la plana, diciendo: ¡No, ni comparación! Porque el paludismo es una enfermedad infecciosa transmitida por la picadura del mosquito anófeles hembra que pulula en pantanos, arrozales y turbias aguas anegadas…

En cambio, el COVID-19 se contagia de una persona infectada a otra que lo recibe -la mayoría de las veces- sin deberla pero también sin temerla. Esto lo digo, porque el virus está más que presente y muchísima gente nomás no atiende las medidas de protección y sale a plazas comerciales como si lo que estuvieran buscando fuera infectarse.

El paludismo conocido también como malaria se ensaña con los niños y adolescentes. De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto para la Evaluación y la Medición de la Salud de Australia, cada año mueren alrededor de 78,000 niños entre 5 y 14 años por malaria, alcanzando la terrible cifra de 445,000 personas fallecidas por esta enfermedad.

Y otra vez, “un sabelotodo” me dirá: Pues, tan solo en México han fallecido 214 mil 853 personas por COVID-19. Pero, quise aprovechar el Día Internacional del Paludismo a modo de contraste. Porque usted, no se metería en un pantano con riego de que lo picara un mosquito anófeles. ¿Verdad que no? Entonces porque deambula como Juan por su casa por plazas comerciales, restaurantes, bares y otros lugares de “posible” contagio con cubrebocas pero en el cuello.

LA PALABRA DE HOY: PALÚDICO

Está claro que es un adjetivo que se utiliza en la medicina para señalar al que padece o está relacionado con el paludismo. Y esto, porque tiene un vínculo directo con la palabra palustre que significa pantano o laguna (generalmente de aguas turbias).

Ahora bien, “desde el siglo XIX, las palabras malaria y paludismo designan a la enfermedad infecciosa causada por protozoos del género 'Plasmodium', palabra de origen francés. Y, con ese origen pasa al español el término paludismo que se origina en la voz latina 'palus' igual a pantano.

DE MI LIBRERO: EL RÍO DE LA DESOLACIÓN

En un recorrido por el Amazonas al escritor Javier Reverte le picó un mosquito. “Y, por andar buscándolo”, dicho mosquito le trasmitió la malaria…

Con un calorón asfixiante, así compartió su experiencia: “El frío que sentía me hacia titiritar. Llevaba una semana con la enfermedad a cuestas y mis riñones había dejado de funcionar. No pensé en la muerte, pero me encontraba incapacitado para tener ningún tipo de idea”.

Y, sin embargo, recopiló material “más que verídico” para escribir su novela “El río de la desolación”.

“Un rayo tumbó un árbol de la quina que acabó hundido en las aguas del lago donde los indígenas bebían. Fue entonces que se dieron cuenta de las propiedades sanadoras de aquellas aguas”.

Jacobo Schweppe, relojero alemán y químico por afición, experimentó con la gasificación a partir del dióxido de carbono del agua mineral. Sin que sea comercial, un Schweppes mitiga el daño palúdico.

*- El autor es profesor de Redacción Creativa en Cetys Universidad.

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