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Observando la salud pública en México

En estas últimas semanas el tema de la salud pública es un asunto de conversación cotidiana, en las más de las veces, desde la opinocracia. Me refiero a ciertas voces mediáticos que distorsionan la información oficial ofrecida.

En estas últimas semanas el tema de la salud pública es un asunto de conversación cotidiana, en las más de las veces, desde la opinocracia. Me refiero a ciertas voces mediáticos que distorsionan la información oficial ofrecida y critican a las autoridades de salud de ocultar o dar información parcial. Reclaman airadamente la carencia del personal de salud o los implementos necesarios para la atención de pacientes contagiados por el COVID19. Deseo aportar algunos datos para dimensionar el enorme esfuerzo de quienes laboran en el sector de la salud pública, sean médicos, enfermeras, trabajadores sanitarios y todo el personal que presta sus servicios en un hospital o clínica. Una de las críticas más comunes es lo mal equipados que están los hospitales y la escasez de insumos para la atención de pacientes. Le comparto, amable lector(a), algunas de las razones que confirman lo declarado por el Dr. López-Gatell en una de sus conferencias vespertinas. El abandono en la inversión a este sector prioritario y que desde la década de los ochenta se redujo. Este cita aportada por Lara, Gómez, Urdapilleta y Bravo, lo demuestra: “Como porcentaje del PIB, este gasto no rebasó en el periodo 1980-1991 el 3.6%, porcentaje alcanzado en 1982. A partir de este año este porcentaje descendió hasta alcanzar en 1987 su nivel más bajo (2.7%)”

(http://saludpublica.mx/index.php/spm/rt/printerFriendly/5985/6830).

¿Por qué sucedió esto?, Menéndez, en su texto Políticas del sector salud mexicano (1980-2004): ajuste estructural y pragmatismo de las propuestas neoliberales, indica que “en el caso de México ya estaban operando antes de la aplicación de las políticas neoliberales, lo cual era notorio en el Sector Salud: a fines de los '70 y principios de los '80 el Estado mexicano redujo en un 47% sus inversiones en salud. De una participación histórica del 20% en el presupuesto del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Estado mexicano pasó al 10% en 1980” (https://www.scielosp.org/article/scol/2005.v1n2/195-223/).

Ahora bien, ¿cuál debería ser el aporte recomendable?, según la OCDE, el gasto sanitario en el país actualmente representa apenas 5.5% del PIB, frente al 8.8% del promedio de los países miembros (México, país de la OCDE con el menor gasto público en salud). Es explicable que el informe sobre los servicios de salud en el mundo de la Organización Mundial de Salud (OMS), con motivo del Día Internacional de la Salud, indicará que en México hay un escaso número de profesionales de la salud, debería de tener 3.4 médicos por cada mil habitantes y sólo hay 1.6. Por su parte, el informe Situación de la enfermería en el mundo 2020: invertir en educación, empleo y liderazgo, documenta que México tiene una tasa de 25.8 enfermeras por diez mil habitantes, muy detrás de naciones latinoamericanas como Brasil, Chile, Panamá y Costa Rica (OMS, 2020). Con estos datos podrá formar sus propias opiniones, por mi parte, solo puedo reconocer y valorar el compromiso y profesionalismo de quienes laboran en el sector público de la salud y que, a pesar de las carencias, discriminación y agresiones físicas, cumplen con su labor y lealtad al juramento de Hipócrates y a Nightingale. ¿Usted qué opina?

*- El autor es coordinador del Observatorio Global Mediático-UABC.

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