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Novena Cumbre de las Américas

Naturalmente que para cuando esta columna se publique ya habrá transcurrido esta reunión en Los Ángeles entre los principales países de América.

Naturalmente que para cuando esta columna se publique ya habrá transcurrido esta reunión en Los Ángeles entre los principales países de América.

Nada extraordinario. Mucho ruido y pocas nueces a no ser por la pretenciosa postura del presidente de México Andrés Manuel López Obrador. Nuestro mandatario en un gesto de defensor de los pobres, se me antoja a mí, pero mejor aún, en defensa de los países antidemocráticos de América: Cuba Venezuela y Nicaragua, se negó a asistir: “Si no se invita a todos, yo no asistiré, y si mandaré a mi secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard”. Hágame usted el favor. México, siendo uno de los países de América, de acuerdo con los expertos el segundo más desarrollado y con altísimo porcentaje de relaciones comerciales con los Estados Unidos, lo que nos obligaría a no defender a naciones o gobiernos que abiertamente son opositores de un desarrollo liberal, con un régimen socialista, anticapitalista y de hecho una dictadura política; con un obvio problema en torno a los derechos humanos. Eso son; eso representan, aun así, el presidente de México pidió a la cumbre o exigió que se les invite, si no, no asistiría, y lo cumplió. ¡Bendito sea Dios…! ¿Te das cuenta, paciente y mi escaso lector?.

El reclamo del presidente Obrador, al expresar que es necesario terminar con el sistema que por décadas utiliza la marginación; el uso permanente de la confrontación entre naciones socialistas y liberales, -no son exactamente sus palabras-, debe terminar. Que él; Obrador es partidario de la integración; del entendimiento y la amistad entre todas las naciones.

Casi bellas palabras; trascendente pensamiento el de Obrador, solo que, debería tener más cuidado en lo que expresa. Obligado debe estar a escuchar los discursos fanáticos del fallecido Fidel Castro o las actuales palabras ofensivas e irónicas contra los Estados Unidos de Nicolás Maduro. Son estas naciones, entre otras; Corea del Norte por ejemplo, las agresivas; las que rechazan con ofensas e incluso con insultos, esta integración soñada por el presidente Obrador. Aquí algo está pasando: O Andrés López Obrador de hecho resulta un iluso y lo menos: sordo, desatento a esta realidad; a esta confrontación. Acaso no le basta a nuestro presidente la destrucción de Ucrania por el país socialista padre y guía del resto de economías socialistas actuales, la Rusia de Putin. O dicho en otra circunstancia: cómo proclama amistad entre las naciones si él, esa amistad y entendimiento no lo practica en México, el país que gobierna. Sus permanentes agresiones contra sus adversarios solo demuestran la falsedad de su proclamación. Dos caras de hecho. Le encanta a nuestro mandatario este lucimiento, siempre por lo regular con enorme impulso de ser aplaudido; de ser una especie de Benito Juárez. Claro que socialismo y capitalismo se deben, se pueden entender. Pero, ¿y Ucraniana hoy? Como explica el señor presidente Andrés Manuel López Obrador el caso de Ucrania. ¿En dónde queda el amaos los unos los otros?.

Y con esta expresión de mi parte, ya me dan deseos de cortar este comentario; pareciera no tener sentido, no ser fundamental lo que afirmo. Y espero con ello no se me incluya en el grupo de “traidores a patria”, considerado un traidor al nacionalismo del presidente que fundamentalmente apoyo, pero que no comparto su agresión permanente a sus adversarios. Son palabras para ti Mario, presidente nacional de Morena con todo respeto a tu investidura que por Obrador has ganado.

Amaos los unos a los otros dice el presidente. Lástima que en este país que es el nuestro, este sermón se encuentre fallido.

*- El autor es Profesor Emérito, UABC, por la Facultad de Arquitectura. Creador Emérito, ICBC. Artista plástico.

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