No son los impuestos, es el gasto
Preocupa que el gobierno use su bancada para hacer del mayoriteo su forma de trabajo al interior del Congreso.
El pasado 31 el Congreso aprobó la Ley de Ingresos en la que se incluyeron impuestos, algunos existentes que fueron incrementados, como el de la nómina y el de espectáculos, y otros por vez primera como el de la gasolina.
Preocupa que el gobierno use su bancada para hacer del mayoriteo su forma de trabajo al interior del Congreso; incluso violando el debido proceso legislativo; no se convocó a comisiones ni se consultaron instancias gubernamentales como lo marca la ley; por supuesto actualmente estudiamos si éste desaseo da pie a una combatir jurídicamente el tema.
El argumento del equipo de gobierno es pueril, da pena ajena su nivel de argumentación al hablar de empresarios nacionalistas o el que el de las gasolinas no se verá reflejado en el precio debido a que, como son extranjeras, lo absorberán para no perder mercado; si este fuera el caso ¿por qué no tasarlo más alto?, es preocupante que tanto el proceso legislativo haya sido vulnerado así como que los argumentos necesarios para su aprobación no sean lo suficientemente expuestos.
Desde hace tiempo he señalado públicamente el estado que guardan las finanzas públicas del gobierno estatal y de nuestros ayuntamientos; es una pena, somos un estado moderno que cuenta con importantes atributos económicos que deberían de haber consolidado importantísimas oportunidades para nuestra gente, hoy, gracias a la irresponsabilidad de la mayoría de nuestros políticos y en una buena parte de muchos ciudadanos que hemos preferido fingir demencia, voltear a otro lado y dejar de participar el desastre es eminente; es una pena, no debe de extrañarnos que nuestro abandono de la causa pública sea hoy parte del lastre que nos hará crecer poco y con ello quedarle a deber más y mejores oportunidades para nuestra gente.
Nuestro estado pasó de un ingreso de 37 mil millones en el 2013 a 56 mil en el 2018, esto es 19 mil millones adicionales en tan sólo seis años, pareciera que nuestro problema no radica en el ingreso, el tema central es el del gasto, particularmente el gasto operativo asociado a la abultadísima nómina, tanto en el estado como en los ayuntamientos.
A lo anterior hay que añadirle que la estupidez e irresponsabilidad de Francisco Vega mediante la cual la deuda pública se incrementó en casi 7 mil millones de pesos; ¡éramos muchos y parió la abuela!, el problema es que el parto fue múltiple si a los 19 se le suman 7 más el déficit heredado a la presente administración.
Imagine usted, casi 30 mil millones de pesos desperdiciados en el pago de nómina, muchos de ellos a cuates, a cercanos del grupo en el poder, siendo pagados no por un tema de productividad sino premiados por una perversa relación entre el sindicato, los partidos políticos y la antigüedad en el puesto, al diablo los buenos resultados, al carajo con el estado, con sus ciudades y su gente, el dinero en Baja California es para pagar nómina y favores, no para generar obra pública que detone el crecimiento y con ello más oportunidades para su gente.
Nos toca decidir si seguiremos fingiendo que no pasa nada o si nos remangaremos las mangas y ponernos a trabajar, Baja California es nuestra casa, ¿por qué no empezar a decidir lo que necesitamos con urgencia? Si usted dice yo, le entramos a las propuestas.
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