No hay mentira que dure 100 años
La verdad fue clara desde el principio en el caso de la muerte de la joven estudiante de Derecho, Debanhi Escoba.
Decía el prócer José Martí “la verdad no se razona; se reconoce, se siente y se ama”.
La verdad fue clara desde el principio en el caso de la muerte de la joven estudiante de Derecho, Debanhi Escobar, se trató de un feminicidio aunque las autoridades absurdamente intentan hacernos creer que fue un accidente.
Hay mucho por aclarar sobre el artero asesinato de Debanhi, quien fue encontrada sin vida el pasado 21 de abril en el interior de una cisterna en desuso, ubicada en el patio trasero del Motel Nueva Castilla, que se encuentra en el municipio de Escobedo, Nuevo León.
Es tanto lo que quiere esconder el gobierno de Samuel García Sepúlveda que están creando un teatro inverosímil y que atenta contra la inteligencia de los mexicanos. He llevado este caso día a día y veo como esta tragedia ya se está saliendo de control para las autoridades y se empieza a develar las redes de trata de blancas, narcotráfico y sus nexos con el poder político.
Sentí un “fresco” como dicen mis amigos colombianos cuando vi que se publicó en portada del periódico estadounidense The New York Times el caso de Debanhi. Como periodista entiendo la trascendencia de esa publicación. Las nefastas autoridades de Nuevo León son exhibidas internacionalmente y del lado gabacho no pueden “charolear”, intimidar, ni comprar a los medios para malversar la información.
Y no solo se exhibió mundialmente este asesinato, sino que describieron que “ella es solo una de miles”, dejando asentado que con su muerte, aparecieron más cadáveres de jovencitas que coincidían con la edad y características de Debanhi.
¿Se imaginan? Estamos hablando de que aparte de los cuerpos encontrados cerca de las inmediaciones de la compañía Alcosa, misma a la que Debanhi fue a pedir ayuda, y en la que los dueños tienen una estrecha relación con el gobernador, como data en fotografías y eventos sociales, hay muchas más desaparecidas.
Aunado a todos estos asesinatos, el padre de la víctima Mario Escobar denunció que ha recibido numerosas llamadas para amenazarlo de muerte. Personalmente aplaudo la furia con la que Mario se está enfrentando a estos tentáculos que tocan las fibras más profundas del crimen organizado, las sectas y el narco poder.
Debanhi no se cayó a la cisterna por accidente, a Debanhi la violaron y asesinaron pensando que se convertiría en una estadística más de las muchas que constan en los expedientes encriptados del gobierno.
Pero una foto, mostrando a una joven mirando el cielo oscuro en medio de la nada, con los brazos entrelazados y uno tenis de lona, hizo explotar las redes y puso en el radar a los que se creían intocables.
La justicia tarda, pero llega. Aquí esperare sentada para verlos caer.
* La autora es Corresponsal de The National Association of Hispanic Journalists (NAHJ).
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