Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Mexicali

Mitómanos

Uno de los más antiguos géneros de la literatura universal es la fábula.

Uno de los más antiguos géneros de la literatura universal es la fábula, un tipo de relato breve protagonizado por animales personificados cuya finalidad didáctica se explica en una moraleja final. La Grecia clásica atribuyó a Esopo la invención de este género. El siguiente relato es una fábula de su autoría. Había un joven pastor que cuidaba de sus ovejas. Este pastor se sentía muy aburrido y, para entretenerse, no se le ocurrió mejor idea que decir una sutil mentira: ¡Un lobo! ¡Un lobo! – Comenzó a gritar despavorido un día – ¡Socorro que un lobo quiere devorar a mis ovejas! ¡Ayúdenme por favor! – gritó. Los campesinos que escucharon sus gritos, rápidamente salieron en busca de palos para defender al pastor y sus ovejas pero grande fue su sorpresa cuando, al llegar al lugar, solamente estaba el joven pastor riéndose, todo ha sido una broma. Nunca hubo ningún lobo feroz. Lo inventé para reír un rato. Los campesinos enojados regresaron por donde habían venido dejando al pastor y a sus ovejas solos nuevamente. Días más tarde volvieron a oír: ¡Socorro! ¡Ayúdenme por favor! Esta vez es cierto, el lobo viene y está devorando todas mis ovejas. ¡Por favor que alguien venga y me ayude pues también me devorará a mí! decía, gritaba y lloraba el pastor. Los campesinos reaccionaron y rápidamente fueron a ayudar al pastor pero antes de llegar uno de ellos dijo: ¿no se tratará de otra broma, verdad? Recuerden lo que sucedió hace unos pocos días atrás. Pero, ¿y si es cierto y necesita nuestra ayuda?– respondió otro campesino – ¡Ese lobo es muy feroz y lo devorará sin más si no le ayudamos! Dicho esto los campesinos continuaron su camino y rápidamente llegaron hasta donde se encontraba el pastor junto a sus ovejas. Esta vez habían llegado en menos tiempo que la vez anterior pero triste fue su reacción cuando vieron al pastor recostado sobre el tronco de un árbol riendo sin parar. Los campesinos, esta vez furiosos, se retiraron jurando no volver a hacer caso al pastor al que apodaron como el pastor mentiroso. Pasó cierto tiempo y un buen día volvieron a escuchar: ¡Oh no! ¡Es el lobo! ¡El lobo está aquí! Oh por favor que alguien venga a ayudarme. Ha empezado a devorar a mis ovejas, pero los campesinos, esta vez, no creyeron en sus palabras. Mejor sigamos con nuestro trabajo, seguramente es otra mentira. Pero esta vez no se trataba de una mentira más, sino de una gran verdad. Un terrible y hambriento lobo se acercó sigilosamente y, poco a poco, devoró todas las ovejas del joven y mentiroso pastor. Mientras devoraba a la última (y como nadie había ido en su ayuda) el pastor mentiroso tuvo que trepar a un árbol en el que permaneció durante dos días. Luego el lobo se fue sin poder devorarlo. El pastor prometió nunca más decir una mentira. Hay personas que como el pastor de Esopo son adictos a la mentira, así sean cosas sin importancia hasta las realmente importantes, son adictos a decir cosas que son falsas. Llegan a tal punto que se creen lo que están diciendo, defienden la mentira con tanta vehemencia que en su mente ya es real aunque no lo sea para nadie más. La gente miente para impresionar, quien miente para impresionar terminar por decepcionar. Para proteger su ego combaten su miedo al rechazo, es gente que miente para sentirse importante, para llamar la atención y también para evadir responsabilidades. Nunca digas mentiras si quieres que luego las personas te crean. Di siempre la verdad y las personas acudirán en tu ayuda cada vez que lo precises. Un consejo para los candidatos a puestos de elección popular no realicen sus campañas en base a promesas que no podrán cumplir, no mientan para conseguir votos.

*- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados