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Más del segundo

He recibido comentarios relacionados con las dos entregas anteriores de Diálogo Empresarial, por lo que considero amerita amplíe un poco más sobre el segundo informe presidencial.

He recibido comentarios relacionados con las dos entregas anteriores de Diálogo Empresarial, por lo que considero amerita amplíe un poco más sobre el segundo informe presidencial.

Referente al empleo perdido, señalé que era elevado y daría paso al aumento de la pobreza como lo señalan estudios de prestigiosas organizaciones; pues bien, se estima que por cada nuevo empleo se habían perdido mil de manera definitiva, pero eso no se dijo en el informe aunque se ha estado reiterando alguna recuperación de registros en el IMSS; pero hay algo más, los empleos que se generan no son con mejores sueldos de los que tenían los que se perdieron. Y si no aumenta el empleo y con mayores ingresos se pierde masa salarial y se dificultará el consumo y la recuperación de la economía en general.

Siguiendo con el empleo, se dijo meses antes que cerraría el año con la creación de 2 millones de empleos, lo que no me llega a cuadras si en el informe dijo que las obras públicas como el aeropuerto, el tren may y las obras del Istmo crearían unos 150 mil empleos. Eso sí, “todo va viento en popa”.

Para cubrir parte de la pérdida de ingresos de los trabajadores y de las familias en general, vimos que aumenta la recepción de remesas, lo cual no debe ser considerado ni mucho menos informado como logro positivo en el manejo gubernamental.

Otro logro que se dijo en la segunda gran mañanera fue en el sentido de que “hemos decidido cuidar el medio ambiente como nunca lo hicieron los gobiernos anteriores…” Mentiras o verdades a medias, porque no se puede explicar si se cancelan las opciones para generar energía eléctrica con fuentes alternativas al petróleo y al carbón; lo mismo por insistir en la generación de energía eléctrica e hidrocarburos para favorecer el uso de combustóleo.

Antes de terminar, retomo el tema de corrupción y que “ya se acabó la robadera de los de arriba”. No se reconoce, mejor se evitan hacer las medidas pertinentes de investigación por las asignaciones directas de proyectos, de compras de medicamentos, de escasez de tratamientos médicos para niños con cáncer y pacientes de casos ajenos al coronavirus. Tampoco de los inmuebles de funcionarios en el gobierno que no reflejan sus niveles de ingresos, o de poner a ayudantes de seguridad y operaciones menores en puestos clave como por ejemplo en el SAT y aduanas, y sobre el fondeo para campañas durante más de quince años, o de la rifa de un avión que no se entregará y del que coincidentemente no hubo contundente ganador pero si el jineteo de dinero público para comprar boletos.

En conclusión, el pasado 1 de septiembre el presidente en 45 minutos pudo haber dado un discurso más realista, sin medias verdades y con menor triunfalismo, como si lo hizo el secretario de hacienda días antes. Medias mentiras basadas en mucha comunicación y pocos resultados; medias verdades al no reconocer que estamos en un escenario de inseguridad (aunque “estamos avanzando en el combate contra la delincuencia”), de sospechoso manejo de cifras sanitarias por el covid-19 (“porque hemos aplanado la curva de…”) y de destrucción económica que nos alejan del prometido crecimiento promedio anual superior al cuatro por ciento, cuando se despreciaba y criticaba a los gobiernos anteriores por crecimientos de dos y medio por ciento anuales.

* El autor es Consejero y Tesorero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands.

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