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Las nuevas desigualdades económicas en México

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), la famosa clase media es aquella que no está en pobreza y por lo tanto no es vulnerable a las carencias que le impidan acceder a las canastas alimentarias y no alimentarias.

“La desigualdad es el origen de todos los movimientos locales.”

Leonardo Da Vinci

Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), la famosa clase media es aquella que no está en pobreza y por lo tanto no es vulnerable a las carencias que le impidan acceder a las canastas alimentarias y no alimentarias. Sin embargo, los últimos datos con que se cuenta datan de 2018, año en el que se consideraba que solo el 23% de la población en México no era pobre ni vulnerable y en esa categoría se ubicaban, no solo la clase media, sino también la clase alta.

Resulta evidente que después de los últimos meses, las cosas no serán las mismas, pues según datos del propio Banco de México, entre abril y mayo se generó la pérdida de 12.5 millones de empleos en México, de los cuales 3.72 millones fueron trabajos formales y 8.46 millones del sector informal.

Recordemos que son las clases medias las que consumen con mayor vigor en todas las economías, pues con ellas las que contratan créditos desde personales, hasta hipotecarios y arriesgan sus pequeños capitales para crear las famosas PYMES que son el 90% de las economías en el mundo, a diferencia de las clases altas que generalmente manejan capitales especulativos y pocas veces invierten en proyectos de generación de empleos e infraestructura productiva.

Según el organismo mundial Oxfam, que actualmente trabaja en 41 países alrededor del mundo en temas de ayuda social, reportó que en el 2016 el 1% de la población mundial habrá acumulado más riqueza que el otro 99%, asegurando que una de cada nueve personas carece de alimentos suficientes para comer y más de 1.000 millones de personas viven con menos de 1.25 dólares al día.

En los últimos años se ha agrandado la brecha que separa a ricos y pobres, pues resulta que siete de cada diez personas viven en un país donde la desigualdad entre pobres y ricos es mayor ahora que hace treinta años.

Peor aún, según cálculos de Oxfam, la fortuna de las 85 personas más ricas del mundo equivale a la riqueza de la mitad más pobre de la humanidad (unos 3.500 millones de personas). Además de que esas fortunas aumentaron considerablemente por encima del 14% al año, que equivale a 244,000 millones de dólares, a pesar de los vaivenes económicos. ¡Además de que un tercio de las personas más ricas del planeta no obtuvo su fortuna trabajando, sino que la heredó!!

El economista francés Thomas Piketty, en su libro “El Capital en el siglo XXI”, menciona que hoy en día muchos capitales crecen a porcentajes entre el 15 y el 20% pero solo en el mercado especulativo, sin generar un solo empleo, cuestión que en nada abona al crecimiento de las economías mundiales y que en vez de repartir riqueza, solo la concentra en unas cuantas manos con los consabidos riesgos monopolísticos

Resulta verdaderamente urgente fomentar el desarrollo de las clases medias, para que se fortalezca el tejido económico dentro de la sociedad. Una economía sólida en su bases, podrá hacer frente a los vaivenes económicos como los que tenemos y los que están por venir, pero hace falta que el gobierno entienda que apoyarlos no es una “ayuda fifí”, es una necesidad social importante.

*- El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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