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Las debilidades del PAN

A pesar de la crisis que enfrenta actualmente, el PAN es el único partido que le puede disputar el poder a Morena.

A pesar de la crisis que enfrenta actualmente, el PAN es el único partido que le puede disputar el poder a Morena. El blanquiazul, de ser un partido que discutía y votaba por todos sus candidatos, hoy se transformó en un instituto político burocratizado en sus cúpulas, no le atinan cómo ser un partido opositor, sus liderazgos actuales dejan mucho que desear. Es la manifestación concreta de la división interna, muchos militantes y cuadros importantes se retiraron y así le dejaron libre el camino a un pequeño grupo de personajes carentes del liderazgo necesario para los tiempos que estamos viviendo, en otras palabras, se les “hizo bolas el engrudo”, perdieron el rumbo desde el momento que abandonaron sus principios. La división y el desencanto han hecho presa a este partido, la unidad que prevaleció durante muchos años esta resquebrajada, sin esa “unidad” nunca regresaría a Palacio Nacional. El PAN, nació como oposición desde 1939, cuyos precursores anhelaban un México de libertades, un país con una alternativa civilizada y democrática, con principios humanistas de solidaridad, la subsidiariedad, el bien común con la preeminencia del interés nacional sobre cualquier otro objetivo, pero sobre todo la libertad de empresa. Fueron años de lucha por sacar del poder al PRI y cuando lo logró en el año 2000, con Vicente Fox se produjo una gran decepción porque continuó con las mismas políticas públicas, sin alterar las bases estructurales del sistema económico y social.

Muchos analistas del quehacer político coinciden en que el PAN no es el único partido que se encuentra en crisis. En efecto, el sistema de partidos políticos en México está en un verdadero dilema por la falta de legitimidad, ninguno de ellos representa los intereses de los mexicanos. Nadie se siente identificado con ellos, hay un divorcio total entre pueblo y gobierno. No estábamos equivocados, al ver como este partido que fue fuerte opositor al sistema se ha venido disolviendo para entrar en un túnel oscuro donde no ve la luz y la mayoría de la militancia, como le sucedió al PRI, se encuentra severamente decepcionada. Sin el debate de ideas, ni rumbo que seguir, el barco azul navega a la deriva y no hay puerto en donde anclar. La militancia activa se convirtió en burocracia partidaria que reeligió a un hombre con un liderazgo limitado carente de capacidad para convocar a la unidad y unificar a todas las corrientes que militan dentro de este instituto político. Aunque no se diga, muchos militantes ven con escepticismo y pesimismo que el PAN vuelva a ser el partido de batalla, de la congruencia con sus principios básicos que le dieron vida. Se alejaron de las bases sostenidas por Gómez Morín y otros ilustres pensadores que en su momento abanderaron las causas del “bien común” y que poco a poco la ambición de una corriente de arribistas “neopanistas” se dedicaron a reproducir la democracia “electorera” y dejaron a la deriva sin comprender amplias capas de la sociedad. Han sido muchos los factores los que han incidido en esta debacle, la división generada por Ricardo Anaya que propició la incisión del partido de la corriente “del calderonismo” de mucho peso. Esta división causó un hito en la historia política del PAN y trajo como consecuencia la pérdida de la presidencia de la república a manos otra vez del PRI, después de haber administrado el país en las personas de Fox y Calderón. El grupo que abandonó el PAN por diferencias en la forma en que se impuso Ricardo Anaya como candidato presidencial, cuadros de primer nivel como: Javier Lozano, Ernesto Cordero, Roberto Gil, Salvador Vega, Jorge Luis Lavalle entre otros. Esta mutilación le ha hecho mucho daño a ese partido. Para regresar a la senda del triunfo y ser competitivos se necesita el diálogo y la autocrítica interna que promuevan la “unidad” y el regreso a sus orígenes, a sus principios básicos; de no hacerlo abiertamente, sobre todo en un proceso de cicatrización interna para recuperar la confianza de sus militantes y adherentes, estaremos ante un desmantelamiento del PAN y del bloque opositor conformado por el PAN, PRI y PRD. En consecuencia, ¡Morena viene por carro completo!

*- El autor es economista egresado de la UABC.

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