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La fauna política en BC

Ha sido toda una fábula, con los ecos estridentes que en ocasiones logra el gobernador, Jaime Bonilla Valdez, al describir a sus adversarios y la política pública interna que intenta marcar.

Va desde las vacas sagradas.

Pasando por las águilas que no comen moscas.

Las tortugas que se protegen entre sí, ante los ataques externos.

Hasta llegar a la gatita blanca Hello Kitty.

Ha sido toda una fábula, con los ecos estridentes que en ocasiones logra el gobernador, Jaime Bonilla Valdez, al describir a sus adversarios y la política pública interna que intenta marcar.

Aquí no hay vacas sagradas, dice de manera repetida, para establecer que todos sus funcionarios que cometan irregularidades serán castigados. Pero los implicados en los llamados moches se fueron de la administración, sin ser enjuiciados.

Además, en el caso del secretario de Salud, Alonso Oscar Pérez Rico, no solo lo mantienen, pese a las acusaciones directas y denuncias en su contra. En sentido opuesto, lo ha apoyado de manera radical, cada que tiene oportunidad.

En casos menores, de funcionarios de bajo rango también ha habido protección.

Tal fue el caso del director de la Cespm, Armando Fernández Samaniego, quien no cometió una falta grave relacionada con la corrupción, sino su desacierto fue dar una entrevista en una televisora, en estado inconveniente.

El funcionario generó la comparación con las tortugas, es decir, animalitos que se ayudan y cuando uno cae, el otro lo levanta a empujones.

Aunque los opositores dijeron que era un gobierno de conchudos y lentos.

Las águilas que no comen moscas se derivó del reto del regidor del PRD, Fernando Rosales al secretario General de Gobierno para debatir la llamada Ley Gandalla y los supuestos pagos de mil pesos para que la gente votara a favor del referéndum.

La respuesta de Amador Rodríguez Lozano ante su inasistencia a dicho acto fue: las águilas no comen moscas.

La utilización de las frases pegajosas, de fácil entendimiento, de rápido asimilamiento por parte de la población, ahí quedan y son correctas en el rápido y superficial mundo de las redes sociales.

Si este tipo de expresiones se acompañan además de acciones, es mucho mejor.

Así han transcurrido las puestas en escena en las que se han convertido las conferencias matutinas de Bonilla Valdez. Los señalamientos, en ocasiones arrebatados, en otras con el guante puesto y siempre dispuesto a dar el golpazo al adversario. Sin importar la demostración.

De esa manera, el viernes pasado llegó la expresión de Hello Kitty, la gatita blanca, compuesta por las palabras Hello que significa Hola y Kitty de origen chino que significa Demonio, una gatita que por cierto no tiene boca, debido al caso de cáncer sufrido en esa parte de la cara, por parte de la hija de la diseñadora.

Al concluir la conferencia, Bonilla se refirió a los llamados bots y apareció uno que favorecía al objeto del deseo de la semana pasada, el ex gobernador panista, José Guadalupe Osuna Millán.

Entre las imágenes que componían el “robot cibernético” estaba la figura de la popular gatita, por lo que el mandatario estatal, entre las risas de sus asistentes, preguntó qué hacía dicha figura.

Y pues cuestionó si a Osuna Millán le agradaba Hello Kitty, por lo que él mismo se respondió que era mal pensado y que a lo mejor sí. Con todo lo que puede significar que al ex gobernante le plazca esa figura, relacionada más que nada con el gusto de las adolescentes mujeres.

Es decir, mientras ellos son las águilas e incluso tortugas, sus oponentes son moscas o gatitas blancas.

La verdad sea dicha

* La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.

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