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 La culpa la tienen los de atrás…

La violencia que existe en nuestro país no respeta a nadie, pero el presidente, Andrés Manuel López Obrador sigue culpando a los gobiernos anteriores que dejaron el cargo en diciembre de 2018.

La violencia que existe en nuestro país no respeta a nadie, pero el presidente, Andrés Manuel López Obrador sigue culpando a los gobiernos anteriores que dejaron el cargo en diciembre de 2018.

Esta semana corrió la noticia de la emboscada que sufrieron elementos de la policía estatal del Estado de México y de la fiscalía de ese estado en el municipio de Coatepec que dejó un saldo, hasta el momento, de 13 muertos.

López Obrador volvió a su discurso de siempre, dijo que este tipo de crímenes son resultado de los gobiernos anteriores que no atendieron las causas de la violencia. Por supuesto que habló de la Guardia Nacional, dijo que en el Estado de México se tienen 325 coordinaciones, “y vamos a fortalecer más nuestra presencia para ayudar”. Muerto el niño tapan el pozo. ¿Dónde estaban los Guardias Nacionales en los momentos del ataque armado? Como los federales de Calderón, resguardandose en los cuarteles, los federales calderonistas lo hacían en hoteles.

Al priista, gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo Maza, no le quedó otra que decir que se dará un seguimiento “puntual” al avance de las investigaciones. Por lo pronto hay 13 muertos, ningún detenido. Todavía, De Mazo, agradece y reconoce el trabajo de del Ejército, Marina y Guardia Nacional para combatir estos hechos.

Otro personaje gris, es Rosa Isela Rodríguez Velázquez, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno Federal, igual que su antecesor, Alfonso Durazo, hoy candidato a la gubernatura de Sonora, informó que se tienen líneas de investigación respecto al asesinato de 8 elementos de la Secretaría de Seguridad del Estado de México y 5 de la Fiscalía General de Justicia del mismo Estado, tras ser emboscados. Pero ningún detenido.

Estos hechos y lo que ocurre día a día en el país y en Baja California, es resultado de la presencia y gobierno del crimen organizado. Por cierto que, también esta semana, el general Glen VanHerck, comandante del Comando Norte de Estados Unidos –responsable de seguridad en Estados Unidos, Canadá y México-, declaró de la inestabilidad creada por organizaciones criminales transnacionales “que están operando frecuentemente en áreas no gobernadas – 30 a 35 por ciento de México-, lo que está creando algunas de las cosas que estamos enfrentando en la frontera”.

La tercera parte del país la gobierna el Crimen Organizado según el general VanHerck y esto hizo decir a López Obrador: “No es cierto lo que sostiene, pero respetamos las opiniones de todos. Nosotros vamos a seguir teniendo buenas relaciones con el gobierno de Estados Unidos, no nos vamos a pelear”. ¿Qué dijo?

Esto demuestra, una vez más, que el gobierno federal no tiene un plan para detener al crimen organizado. Existiendo una tecnología en el mundo que podría ayudar a localizar y enviar elementos a detener delincuentes, no se utilizan. Se habla de equipos de inteligencia que van descubriendo los modos de operar y sus aliados del crimen, pero no se reducen las cifras. En Baja California los criminales han matado a golpes a menores y quemado sus cuerpos por cobrar una deuda de drogas, mientras el gobernador Jaime Bonilla habla de maquinitas que le confiscaron a Jorge Hank Rhon de su casino. El Estado está dentro de ese 35 por ciento.

* El autor es periodista independiente.

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