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La autonomía universitaria

Hoy que se ciernen negros nubarrones en mi universidad. Los cimarrones no estamos dispuestos a que ningún grupo visible o secreto se entrometa.

Hoy que se ciernen negros nubarrones en mi universidad. Los cimarrones no estamos dispuestos a que ningún grupo visible o secreto se entrometa en los asuntos que competen exclusivamente a los universitarios. Tampoco permitiremos que nadie ajeno a los universitarios, incluyendo a los diputados “tómbola” del Congreso del Estado, intervenga o venga a decir cómo se deben de hacer la cosas en la UABC. La autonomía universitaria es la independencia política y administrativa de una universidad pública respecto de factores externos.

El principio de autonomía universitaria sostiene que la Universidad debe ser autónoma y autogobernada, por lo que debe elegir sus propias autoridades sin injerencia del poder político, decidiendo sus propios estatutos y programas de estudio. En otras palabras, que sean los propios universitarios los que definan el rumbo que debe seguir la educación superior en el estado. La UABC no es una isla, la universidad es parte de la sociedad, es un espejo de lo que sucede en la sociedad y se debe a ella, así lo constatan los más de 175,000 egresados de sus aulas. La Benemérita UABC, el “orgullo cimarrón” ha venido cumpliendo con creces con sus funciones sustantivas de docencia, investigación y extensión de la cultura.

La universidad cuenta con investigadores expertos que realizan prospectiva que les permite conocer y saber hacia dónde deben orientarse los contenidos de los planes y programas de estudio. Su Plan de Desarrollo Institucional se actualiza cada 4 años fijándose en éste las metas y objetivos que se desean cumplir. Las acciones y estrategias siempre tienen una finalidad de detectar los mejores escenarios mundiales hacia donde se dirige el rumbo de la educación superior y sus nichos de mercado.

Durante décadas la universidad había venido trabajando de manera normal, en calma, sin sobresaltos, ni huelgas como las que afectaron a esta institución en la década de los setentas. La crítica, la reflexión y el diálogo tolerante son los instrumentos con que cuentan los profesores e investigadores, para analizar teorías, hipótesis e investigaciones. Las verdades absolutas no existen, todas son relativas y tienen una temporalidad. Como universidad, se revisan teorías universales y en ese contexto debe criticar para mejorar las investigaciones científicas en todos los campos del saber, incluyendo su capacidad para criticar al “Estado”, por ello, este régimen de autonomía debe permanecer al margen de ideologías y religiones.

Sólo en este espacio puede desarrollarse la ciencia con aplicaciones universales. Por ello, debe preservarse este nicho de estudio, reflexión y crítica al margen de posturas religiosas y políticas. La ciencia no puede progresar ante la amenaza latente de estos dos aspectos ya que estaríamos en la antesala del “oscurantismo” que caracterizó a la época medieval.

Sin duda, desde hace muchos años la UABC es de las universidades más auditadas y fiscalizadas en el país. Es auditada de forma permanente por la Federación, por el Congreso del Estado, por un despacho particular al margen de cualquier influencia de la institución y por el Consejo Universitario órgano máximo de la benemérita institución integrado por autoridades, profesores e investigadores, administrativos y la representación de estudiantes de todas las unidades académicas de la UABC.

Por último, las autoridades están convocando hoy jueves a la marcha del “Orgullo Cimarrón” que empezará desde el edificio de Rectoría a las 9 AM para exigir al gobierno que liquide su deuda con la universidad. La invitación es no solo a la comunidad universitaria, sino al pueblo en general, pero sobre todo, a los padres de familia que son los que sostienen con sus aportaciones fiscales la buena marcha de esta institución educativa.

*- El autor es economista egresado de la UABC.

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