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Jugador, no espectador (Parte 2)

Comenté hace ocho días que podemos sacar provecho de la disputa comercial que se está dando entre estados Unidos y China.

Comenté hace ocho días que podemos sacar provecho de la disputa comercial que se está dando entre estados Unidos y China. Es decir, no estar como espectador y si ser un buen jugador.

Detrás de las diferencias entre esos dos gigantes hay cantidad de números y acciones para justificar cada uno sus posiciones y su intención de liderar económica y políticamente al mundo, la que produce profundos movimientos incluso en economías como la mexicana.

Se han generado, desde la llegada del presidente estadounidense trasformaciones en los flujos financieros y de inversión, así como en las importaciones y las exportaciones, Además, las medidas que ha adoptado Estados Unidos para contener las importaciones de China no sólo tienen detrás de sí el amplio desequilibrio comercial, sino también ir definiendo quién podrá tener la supremacía tecnológica y la influencia en las telecomunicaciones.

Frente a ese escenario de rivalidad, de medidas proteccionistas y contra medidas entre ambos países, México debe olvidarse del ostracismo como se ha percibido en lo que va del actual gobierno y ver de forma objetiva y con inteligencia consolidarse como socio estratégico de Estados Unidos; en los últimos meses hemos superado las ventas chinas a este país y lo hemos desplazado del primer lugar en cuestión de comercio.

Tan importante ha sido el repunte de los productos mexicanos adquiridos por los consumidores de Estados Unidos, que los reportes ya señalan un saldo favorable de hasta 50 mil millones de dólares en el primer semestre de este año. Otro dato, los productos mexicanos, de los cuales las empresas IMMEX tienen alta influencia, tiene ahora poco menos del 15% de todas las importaciones que hace mes a mes el gigante norteamericano.

Aunque podemos más si nos proponemos como empresas y bajo una estrategia nacional en conjunto con nuestro gobierno federal. Señalo esto porque el inversionista está ávido de señales positivas para invertir, para reinvertir y ampliar capacidades de producción. Si lo hacemos y los empresarios de Estados Unidos captan que tienen que reducir el “riesgo China”, nos convertiríamos en una mega plataforma manufacturera, de dimensión mundial capaz de competirle de tú a tú a la economía china.

Para no dejar de pasar las oportunidades, casi de inmediato deben reforzarse la logística de comercio y la transportación no sólo para el comercio bilateral con nuestro socio, también para consolidar una plataforma de manufactura debemos instrumentar estímulos para las cadenas de valor.

Si logramos mayores exportaciones de manufacturas, podrían estabilizarse los ingresos de exportación y las finanzas públicas porque seríamos como país menos dependiente de los precios del petróleo y otros commodities o productos primarios.

La lista podría ser extensa de las exportaciones que México puede cubrir de los productos chinos que se encarecerían en Estados Unidos por las medidas proteccionistas. Tan solo unos ejemplos: vehículos automotrices, maquinara y equipo eléctrico y mecánico, instrumentos ópticos y fotográficos, muebles, lámparas, iluminación y materiales vinculados a la construcción, minerales, frutas, vegetales, plantas y un largo etcétera, sin olvidar las auto partes y componentes para aviones, equipo médico y de cuidado personal.

Independientemente de las exportaciones, no se descarta que algunas empresas chinas establezcan fábricas en México, de forma directa o vía shelters, pero también mediante alianza con empresas mexicanas ya operando para ampliar la gama de proveeduría a las IMMEX.

No dejemos pasar la oportunidad para que del pleito entre otros, generemos oportunidades.





*El autor es consejero y tesorero nacional de Index, además de director de Recursos Humanos para Latinoamérica en Newell Brands.

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