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Jaime Bonilla y la ley de Murphy

Todos hemos escuchado hablar de la famosa ley de Murphy. En ocasiones criticada por tener una clara inclinación hacia la negatividad, la teoría del ingeniero aeroespacial Edward Aloysius Murphy indica que si algo puede salir mal…seguramente saldrá mal.

Todos hemos escuchado hablar de la famosa ley de Murphy. En ocasiones criticada por tener una clara inclinación hacia la negatividad, la teoría del ingeniero aeroespacial Edward Aloysius Murphy indica que si algo puede salir mal…seguramente saldrá mal.

De la ley de Murphy derivan muchas leyes, corolarios y postulados. Por ejemplo, la primera ley de Chisholm, la paradoja de Silverman, el postulado de Tylczak, la ley de Perrusel, la primera ley de Lyacon, las leyes de Júpiter, entre otras.

Mi favorita es la ley de Pudder: “Todo lo que empieza mal…acaba peor”.

Jaime Bonilla Valdez ha tenido un pésimo arranque como gobernador constitucional de Baja California. En apenas un par de meses, el mandatario estatal se ha visto inmerso en escándalos y problemas poco usuales para las primeras semanas de una administración.

No ha existido ninguna “luna de miel” entre Bonilla y los ciudadanos. Pareciera que los bajacalifornianos y el gobernador se fueron directamente a esa etapa del matrimonio en donde no se toleran, discuten por todo y están a punto de pedir el divorcio.

En primer lugar, el gobernador comenzó con el pie izquierdo al aferrarse a una ampliación de mandato. La polémica Ley Bonilla causó malestar en todo el país. La terquedad de gobernar más tiempo de lo estipulado en ley generó dudas e incertidumbre entre la ciudadanía.

En segundo lugar, el escándalo de sobornos a cambio de contratos del gobierno, conocido popularmente como “los moches”, ocurrió cuando Morena tenía apenas un mes al frente de Baja California. Los nuevos funcionarios resultaron ser igual de corruptos que los anteriores. Cuatro semanas bastaron para que se dejara de hablar de las corruptelas de Kiko Vega y se comenzaran a discutir las corruptelas del nuevo gobierno.

Lo peor del escándalo de “los moches” es que no se ve claro alguien vaya a ser sancionado. Hasta el momento, se ha dicho que no hay ninguna investigación en contra de Jesús Núñez Camacho, ex oficial mayor; se ha dicho que Rosendo Colorado, conocido popularmente como “Lord Moches”, es testigo protegido de la fiscalía. Es decir, no solo se registraron actos de corrupción, sino que además hay elementos para presumir el caso quedará impune.

En tercer lugar, el presidente de la República prometió que no habría incremento a impuestos en 2020. Contrario al compromiso de López Obrador, el gobierno de Jaime Bonilla impulsó el aumento de diversos impuestos. Por si esto fuera poco, dichas medidas fueron aprobadas por los diputados de Morena en una sesión extraordinaria, en la víspera de año nuevo, haciendo imposible que no recordemos los más célebres madruguetes legislativos.

La terquedad de llevar a cabo una ampliación de mandato, los escándalos de corrupción y su dudosa investigación, el aumento a diferentes impuestos. Todo ello ha generado una enorme desilusión entre la ciudadanía. Y, sobre todo, ha generado la percepción de que existe una profunda verdad en la ley de Pudder: “Todo lo que empieza mal…acaba peor”.

*- El autor es abogado y conductor de televisión.

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