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Inseguridad y su laberinto

Era sábado por la mañana, el lugar una famosa carreta de tacos de borrego y res, en la zona oriente de Mexicali.

Era sábado por la mañana, el lugar una famosa carreta de tacos de borrego y res, en la zona oriente de Mexicali. Dos sujetos de marcado acento sinaloense, comían dos de borrego y un jugo de res, acompañado de aguas de limón y horchata. Su plática cotidiana, para ellos, resultaba extraña y hasta demodelora para sus vecinos comensales. “No era necesario matarlo, con sólo que le hubieran tirado a las patas era suficiente. Pero pues bueno ya quedó”. Platicando con el encargado de la carreta, nos decía que ese tipo de conversaciones eran muy comunes, sobre todo con clientes que llegaban en la madrugada. ¿En qué momento normalizamos ese tipo de pláticas de crímenes, al grado que se nos hacen fuera de todo tipo de preocupación? Es acaso la desigualdad económica que genera la clara falta de oportunidades, la escasez de proyectos a largo plazo de una generación que las busca, pero que en algunos casos ha dejado de perseguirlas. Esto se une a la corrupción oficial en las diferentes esferas públicas y la impunidad en l que está envuelto nuestro sistema de justicia, donde los delincuentes saben que hay una amplia probabilidad de que no serán castigados. Cuándo permitimos que nuestra tranquilidad fuera trastocada por estos delincuentes de poca o mucha monta, alimentados por las autoridades y jueces corruptos que permitieron que el fenómeno creciera. La semana pasada sucedió un evento policíaco que enmarca parte de la problemática que resume la actual situación de inseguridad en Mexicali, la cual deseamos, los de bien, no se salga aún más de control. La privación de la libertad del hombre de 37 años de edad, de nombre Ramsés, a plena luz del día, hecha por falsos agentes, que usaron uniformes policiacos clonados que, desafortunadamente, empieza a volverse una constante. Situación que sucede por estar cambiando de identidad a las policías a capricho del titular de las corporaciones policíacas en turno. Además de que las patrullas, nos dicen, deberían ser vehículos especiales fabricados para cada institución fácil de distinguir y que no generen confusión al ciudadano y suceda lo del lunes. Por lo pronto un muy amargo sabor de boca deja todo este escenario donde un hombre fue privado de su libertad a plena luz del día y cuyo cuerpo sin vida fue encontrado unas horas después. Pero además, bajo tortura, la víctima habló del supuestos sepultura de dos jóvenes desaparecidos en el bar El Relajo, en el 2019, en un predio propiedad de quien hace más de un año está encarcelado por su asesinato. Situación que desencadenó nuevos operativos que hasta el cierre de esta edición no había tenido ningún resultado positivo. La seguridad se ha deteriorado por la falta de recursos de los gobiernos en cuanto a equipamiento, preparación, estrategia policiaca. Es decir, se sabe que es un problema, pero la inversión no ha sido paralela a la demanda de importancia y solución. En el caso de la capital del estado se sigue trabajando con déficit en agentes y patrullas, que complica aún más la prestación de los servicios de los primeros respondientes. De la falta de apoyo de agentes estatales y federales mejor ni hablamos, porque el panorama es más tétrico. En resumen: hay daño del tejido social, falta de valores, corrupción, infiltración de las corporaciones policíacas, escasez de recursos. Un escenario en donde todos tenemos la responsabilidad, pero también la oportunidad de cambiar. La verdad sea dicha.

* La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.

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