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In memoriam: Daniel Olivas Beltrán

La muerte lo sorprendió, fue trágica la forma en que falleció, creo que él hubiera deseado morir al lado de los suyos, pero no tuvo tiempo de despedirse de nadie. Un trágico atropello vehicular le quitó la vida, llegó al hospital demasiado tarde. Sus familiares y amigos lo extrañaremos.

La muerte lo sorprendió, fue trágica la forma en que falleció, creo que él hubiera deseado morir al lado de los suyos, pero no tuvo tiempo de despedirse de nadie. Un trágico atropello vehicular le quitó la vida, llegó al hospital demasiado tarde. Sus familiares y amigos lo extrañaremos. Se queda con nosotros los recuerdos de una gran persona, hombre honesto a carta cabal. Era una persona ampliamente conocida en Mexicali y me atrevo a decir en todo el estado. Una gran pérdida que ha conmovido a todos los círculos sociales de Baja California.

Daniel Olivas Beltrán fue precursor de la Universidad Autónoma de Baja California, UABC a la cual sirvió por más de 40 años. Fue director de la hoy facultad de Turismo, impartió cátedra también en la Facultad de Economía, pero al final dedicó más tiempo a la Facultad de Ciencias Administrativas, también fue representante de la UABC en la ciudad de México. Formador de miles y miles de contadores públicos y de otros profesionistas que hoy lo recordarán con afecto, por ser un gran maestro y por tener ese lado humano con una sensibilidad que hoy en día es muy escasa. Fue un hombre comprometido con su tiempo, con su responsabilidad como profesor. Siempre contaba sus anécdotas de tantas personas que recibieron sus enseñanzas, ayuda y apoyo moral cuando lo necesitaron.

Fueron cientos de estudiantes a los cuales auxilió con buenos consejos, muchos de los cuales logró que terminaran su carrera o que corrigieran sus pasos. Me consta que muchos de ellos a pesar de haber egresado años atrás lo seguían frecuentando, visitándolo en la universidad o buscándolo en su casa. Siempre de buen humor, presto a escuchar los problemas de los demás para dar un consejo o palabras de aliento cuando se trataba de problemas humanos. Siempre dispuesto a interceder por cualquier persona. Tocaba puertas en donde fuera, con tal de apoyar a quien se lo solicitaba.

Contaba la anécdota que siempre me impactó. Exponía que cuando se fue a estudiar economía a la ciudad de México, llegó a esa inmensa ciudad sin conocer a nadie y en la bolsa traía únicamente 20 pesos para sobrevivir. Pero ante estas circunstancias no se atemorizó, al contrario, se aplicó y terminó su carrera. También relataba que, al inicio de la UABC, siendo rector el Doctor Santos Silva Cota, la universidad no tenía edificio propio, menos presupuesto. El archivo de la UABC lo traía el rector en la cajuela de su carro. En fin, el profesor Olivas era una biblioteca andando, tenía una memoria excepcional, no se le olvidaba nada. Le gustaba platicar y muchos de sus amigos nos deleitamos con sus anécdotas y andanzas. Hombre de cuna humilde pero muy entregado a sus semejantes. Fue sin duda, parte de la cultura del esfuerzo y la dedicación como muchos de nuestra generación.

Hace solo unos meses su compañera de viaje se adelantó en el camino. Lichita se lo llevó para no estar tan solo. Hoy los une el amor eterno de pareja, ya no estará sola su compañera. A partir de ahora andarán juntos por toda la eternidad. Sus hijos Alicia, Daniel, Alda, Laura y todos sus nietos extrañarán el cariño con que siempre los trató. Sus hermanos lo extrañarán por haber sido siempre el eje familiar, ya que invariablemente lo buscaban cuando tenían algún problema.

Fueron muchos los reconocimientos que le otorgaron en vida como el que recibió en el 2006 como “Forjador de Baja California” de parte del “Centro Histórico y Cultural Calafia”, creo que la Universidad está en deuda con él y con muchos profesores a los cuales jamás se les ha reconocido. Esperamos pronta resignación a todos sus hermanos, hijos y nietos para asimilar tan importante pérdida. Daniel se va, pero no se va, su legado y ejemplo estará por siempre en nuestros corazones ¡Lo extrañaremos, descanse en paz!

*- El autor es economista egresado de la UABC.

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