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Impuestos o contribuciones

En tiempos de Guerra los atenienses crearon un impuesto conocido como eisfora.

En tiempos de Guerra los atenienses crearon un impuesto conocido como eisfora. Nadie estaba exento del mismo, que era usado para pagar gastos especiales de guerra. Los griegos fueron una de las pocas sociedades capaces de rescindir el impuesto una vez que la emergencia de guerra había pasado. Cuando por el esfuerzo de guerra se generaban ingresos adicionales, los recursos eran utilizados para devolver el impuesto. Carlos I de Inglaterra estableció el primer esquema fiscal en donde se impusieron impuestos a los acaudalados, a los que tenían cargos públicos y al clero. Se gravó a los comerciantes con un impuesto sobre los bienes muebles. Los pobres pagaban poco o ningún impuesto. El mandato real establecía que a los individuos se les gravaría de acuerdo con su posición y recursos. De ahí que la idea de impuesto progresivo sobre los que tenían capacidad para pagar se desarrolló muy temprano. Otros impuestos notables durante este período fueron los de la tierra y sobre el consumo. Para pagar al ejército mandado por Oliverio Cromwell, el Parlamento, en 1643, creó impuestos sobre consumo de artículos esenciales (granos, carnes, etc.) En nuestro país en 1810 Hidalgo, Morelos y los caudillos de la independencia lucharon por la abolición de la esclavitud y por la abolición de las alcabalas (impuesto indirecto del 10 % sobre todo lo que se vendía o compraba), gabelas (gravámenes) y peajes (pago de derechos de caminos y puentes). Antonio López de Santa Ana decretó un real por cada puerta y cuatro centavos por cada ventana de las casas, dos pesos mensuales por cada caballo frisón y un peso por cada caballo flaco, además un peso por mes por la posesión de cada perro. El gobierno federal a través del SAT ha emprendido una campaña que puede definirse como terrorismo fiscal, como siempre está encima de los contribuyentes cautivos, con altas multas hayas pagado o no, cobrando sin ningún motivo impuestos ya pagados, etc., pero no hace nada contra quienes no pagan impuestos. Lo más triste de esta historia es quienes pagamos impuestos vemos con coraje como se regla el dinero en despensas, becas clientelares, compra de votos a través de programas del bienestar, obras suntuosas construidas por lo militares, una costosa publicidad con importes diarios altísimos, financiamientos a empresas estatales como Pemex y CFE que son un barril sin fondo, subsidios a la gasolina y al transporte público, etc. La infraestructura nacional está cayendo en pedazos. En nuestra ciudad, el presupuesto de egresos del Ayuntamiento de Mexicali es de alrededor de 3,000 millones de pesos, si tomamos en cuenta que somos aproximadamente 1 millón de habitantes le tocaría a cada cachanilla contribuir con $ 3,000.00 anuales, $ 250.00 mensuales u $ 8.22 diarios lo cual es muy poco. Para cumplir con tal cometido tiene que allegarse de recursos de diferentes fuentes, ya sea de participaciones federales, estatales y propias, las propias son por derechos o impuestos, de estos principalmente es el predial. El Ayuntamiento de Mexicali tiene la obligación de proporcionar a sus habitantes, seguridad, alumbrado público, vialidades en buen estado, disposición final de la basura, el cuidado de parques y jardines, la imagen urbana, el control urbano, limpieza de sus calles y avenidas lo cual está plasmado en nuestra Carta Magna. El problema no es el pago de impuestos, derechos y contribuciones, ni los sueldos de los funcionarios o empleados sindicalizados o no, el problema radica en el abuso que se hace del erario, en el incremento de la nómina (casi el 80% del presupuesto), de trabajadores y funcionarios que ya alcanzaron su nivel de incompetencia, de regidores que no quieren transparentar su gasto social y de burócratas que solo están viendo pasar el tiempo, esperando su jubilación, la falta de productividad y el compromiso con la Ciudad. Todos soñamos con una Ciudad más limpia, más bonita, más segura, más ordenada y menos contaminada, si se tiene que contribuir con más recursos para lograrlo que así sea, de igual manera se requiere por parte del Ayuntamiento mayor transparencia y menos personal.

*- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.

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