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Horizontes rojos

Esta semana que terminó tuvimos horizontes rojos.

Esta semana que terminó tuvimos horizontes rojos. Y no los del oriente que se tiñen así al alba, sino los del poniente de esta ciudad capital. Un horizonte serrano que se eleva abruptamente a más de 1000 metros, para estabilizarse en un altiplano que desciende suavemente hacia la costa pacífica. Ese altiplano está poblado por vegetación chaparra, de ahí su nombre botánico: chaparral. Pastos, chamizos y arbustos componen su masa vegetal con algunos árboles de encino, álamo y sauce en donde la escasa humedad lo permite. Este chaparral está compuesto por varias especies de arbustos de bellota, manzanita, chamizo colorado, vara prieta y cedrillo. Arbustos como el lentisco, mangle, lila, tapiro, yuca, nolina y varias cactáceas como la biznaga, chollas y nopal.

Destaca por su alto quiote el agave del desierto y en las partes más elevadas, como en el poblado de La Rumorosa, hay pinos piñoneros de una y cuatro agujas. En el suelo serrano, varios pastos como la cola de zorra y rastreras como la golondrina y manzanilla entre otras, que hoy están secas después de haber tenido una verde primavera debido a las buenas lluvias invernales. Pero aquel verdor primaveral y todo su colorido floral, está presentando su factura: es fácil pasto para los terribles incendios forestales que en días pasados tiñeron el horizonte de rojo.

La SEMARNAT ha estimado que en México el 2% de estos incendios son naturales y parte de la ecología, pero el resto, 98 de 100, son intencionales o por descuidos del hombre. Y ese porcentaje hace la diferencia entre una sólida cultura y el analfabetismo ambiental. Y no es lo mismo provocar un incendio por descuido que por gusto. El piromaniático sicópata goza las llamas. Planea, ejecuta y disfruta un incendio. Es un enemigo no sólo de la naturaleza, sino de la sociedad misma. ¿Cuántas toneladas de cenizas se esparcieron sobre el valle mexicalense y sus ciudades? ¿Qué tanto se contaminó más lo ya contaminado?

Mutismo oficial. Los boletines se limitan a decir el % de control, ubicación y hectareaje quemado, punto. No hay quien investigue y finque responsabilidades por nuestros incendios forestales que pegan igual a pobres que ricos, la contaminación es democrática por definición, no distingue a quienes perjudicar. Los países con estado de derecho, investigan y castigan severamente a los responsables de incendios, es la forma de detener esta calamidad. Nosotros nos limitamos a apagar las llamas provocadas por no tan anónimos: en cada poblado rural se sabe quién tiene esa tendencia a quemar por placer.

La gente me dice ¿por qué no lanzan agua en aviones como en los EUA? Pues porque ni aviones ni agua tenemos en aquella chaparra semi aridez. En gobiernos anteriores se disponía al menos de un helicóptero para mover a los esforzados bomberos forestales y voluntarios. Ahora estamos en crisis, ni para el Presidente hay avión, menos para los bomberos. Un niño me preguntaba ¿y sin agua, cómo se apaga el fuego? Con tierrita, hijo, con tierrita, como todo país ¿pobre?.



*El autor es investigador ambiental.