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Historia de la comunicación

A principio de este mes tuve la oportunidad de participar en un congreso al cual llevo 12 años acudiendo, que se celebra cada dos años y convoca a estudiosos de la historia en sus diferentes vertientes.

A principio de este mes tuve la oportunidad de participar en un congreso al cual llevo 12 años acudiendo, que se celebra cada dos años y convoca a estudiosos de la historia en sus diferentes vertientes. Me refiero a las XVII Jornadas Interescuelas/ Departamentos de Historia que se celebró en la Universidad Nacional de Catamarca, Argentina. En esta ocasión, fueron 149 mesas de trabajo divididas en nueve ejes temáticos con un promedio de 10 ponentes por mesa, al cual acudieron ponentes de universidades de países como Colombia, México, España, Chile, Uruguay, Francia, Israel, EUA, Alemania y obviamente, la mayoría de Argentina.

En mi caso, participo como co-coordinador de la mesa 135 que tuvo por nombre Historia/periodismo/ comunicación. ¿Interdisciplina? Problemática en discusión, junto con mi colega y amigo César Díaz de la Universidad Nacional de La Plata, en la cual se contó con 11 ponentes con diversas temáticas, la más relacionadas con fuentes impresas que narran etapas en las cuales los diarios o revistas de diferentes provincias de la Argentina relataban y daban cuenta de los sucesos, en muchas ocasiones relacionados con tópicos políticos o en la época de la dictadura militar que ocurrió en ese país hermano.

Lo que deseo resaltar en este texto, justamente es la postura de interdisciplina que ha prevalecido en las veces que he participado de esta mesa desde el 2007 a la fecha. Aspecto a veces escaso o nulo en espacios en la UABC y que, si bien se enuncia como discurso académico, tiene sus obstáculos para aplicar dada la escasa tradición que hay para que convivan disciplinas o campos del conocimiento en problemas contemporáneos o de corte histórico.

El otro aspecto, es la forma crítica en la cual, todas las ocasiones en las que he participado ya sea como ponente o co-coordinador, se discuten los aportes de los ponentes, incluso en ocasiones de manera vehemente pero siempre con respeto a la persona, sin que por ello no haya señalamientos y aportes al trabajo expuesto. Lo anterior, tiene que ver con una cultura académica que se inculca en la mayoría de las veces desde la licenciatura y que a pesar de la vehemencia de la discusión y los puntos de vista opuestos, todo se resuelve con el compartir el mate, bebida obligada en esta región del sur del continente. Siempre ha sido un gusto compartir con los colegas argentinos estas ocasiones en las cuales nos volvemos a reencontrar cada dos años, algunas caras nuevas y por supuesto temas nuevos, pero con una actitud crítica hacia los aconteceres que relatan las fuentes impresas y los actores de la política. Lo anterior, me deja ampliamente satisfecho de estar presente, aunque tenga que viajar más de 9 mil kilómetros y hacer varias escalas para llegar al destino, pero como lo comparto con los historiadores argentinos, bien lo vale. Estas experiencias son aquellas que nutren el trabajo de l@s investigador@s y van tejiendo las redes de colaboración que se fortalecen con la camaradería en los congresos. ¿Usted qué opina?

*- El autor es coordinador del Observatorio Global Mediático de la Frontera-UABC.

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