Gran paquete por cumplir
Como todo en la viña del señor, hay gente buena y gente mala. Y de esto no se escapa el Movimiento de Regeneración Nacional y los hombres que la conforman; en donde hay incondicionales, seguidores, fanáticos y advenedizos.
Como todo en la viña del señor, hay gente buena y gente mala. Y de esto no se escapa el Movimiento de Regeneración Nacional y los hombres que la conforman; en donde hay incondicionales, seguidores, fanáticos y advenedizos. La gente buena, que son los miembros y seguidores, están dedicados a cumplir las expectativas. Los malos, que por lo general son los fanáticos y advenedizos, son los que están alzados, presumiendo su triunfo, ensalzando sus virtudes y menospreciando las de los demás y hasta criminalizando sin juicio alguno.
El caso es que unos por presumidos y otros por ardidos, están formando divisiones indebidas dentro de las comunidades y el ámbito político, contrario a lo que podría suponerse de una regeneración nacional. El peor daño que puede hacerse a un grupo, organización o sociedad, es fomentar, provocar o permitir su división en facciones, destruyendo la unión de la que dependen su fortaleza y su supervivencia (En este caso, de la sociedad).
No todo mundo votó por Morena, pero no todos están en contra de la cuarta transformación, como le llaman. Y está mal que algunos miembros de ese partido hagan críticas a quienes disienten de sus acciones, porque chocan con la cohesión social. Es decir, no se vale que miembros de una casta política, hoy venturosos, descalifiquen por ese solo hecho a todos los demás mexicanos. Este grupo de fanáticos dentro de Morena, no le hacen bien, porque dicen que quieren un cambio, pero no lo demuestran al actuar igual que los mismos de siempre. Máxime que ellos mismos tienen a mucha gente de otros partidos políticos y, afuera, tienen a mucha gente de buena voluntad, trabajando por México apartidistamente. Si esto no lo ven, estaremos en serios problemas de entendimiento.
De un político que habla mucho de las virtudes de su partido, y de todos los pecados de su oposición y rivales (O que ven moros con tranchetes), no se espere mucho juicio en sus actividades, ni imparcialidad en sus funciones. El político mesurado hace justicia por igual. Cuando se ve que dos políticos están peleando por cual estrategia política es mejor, el problema no es la estrategia, es la postura de dos ignorantes. Y cuando esa ignorancia pasa a las redes sociales, tremendo caos se produce.
Todos, morenos o no, debemos de promover la concordia y la tolerancia, no estar diferenciando entre gente de un partido o de otro, o partir de que solo en ellos se puede confiar y los demás no somos confiables. Para llevarse bien no se necesitan las mismas ideas, se necesita el mismo respeto. El circulo que se debe de cerrar es en el que todos los mexicanos quedemos adentro. Hay que servir a México, no a un partido en particular, y menos a alguien en lo individual.
Mientras que el poder inspira al inmaduro la presunción, la soberbia, el desdén y la confrontación; a un sensato con integridad, lo compromete a la responsabilidad.
* El autor es asesor administrativo, presidente de Tijuana Opina y coordinador de Tijuana en Movimiento.
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