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Género y Representación

Durante los pasados juegos olímpicos llamó mi atención la participación de atletas transgénero, lo hicieron en halterofilia y en futbol femenil.

Somos lo que Hacemos

Durante los pasados juegos olímpicos llamó mi atención la participación de atletas transgénero, lo hicieron en halterofilia y en futbol femenil. No pretendo polemizar con la personalísima decisión de asumirse como un sexo determinado; creo en un mundo en el que las libertades deben ser defendidas a cabalidad, pero en el que también debe asumirse la libertad de discernir al respecto y ser debidamente tolerado por ello. Parto de reconocer que el respeto a la vida privada es pilar de cualquier sociedad que se asuma como democrática, en la que el ejercicio de mi libertad se limita por el respeto de la de los demás, esto implica el reconocimiento de la individualidad de cada quien, precisamente por ello asumo que también se debe de respetar a quienes opinen diferente.

Considero que el derecho a compartir la cama es absolutamente privado, no está a discusión, lo que a mi personal consideración debe estarlo es la separación de lo público y lo privado, es que si yo clamo por el derecho a asumir mi género como me percibo, debo de respetar el derecho de quienes asumen que la condición sexual es biológica, pero que los componentes psicológicos deben también ser reconocidos. Hace unos días una mujer en Los Ángeles se quejó de que en el vestidor de mujeres había una mujer transgénero con genitales masculinos; la quejosa defendió su derecho a estar con su hija en el vestidor para mujeres, jamás imaginó que alguien que se asumiera como tal tenía el mismo que ellas, el resultado de su queja fue que a ella se le trató como homofóbica, como una persona irrespetuosa de la diversidad y finalmente se le solicit[o se retirara del lugar. ¿Qué hubiera hecho usted?

Es innegable que los atributos físicos del varón son superiores a los de la mujer; lo más injusto en términos deportivos sería que un hombre que se asuma como mujer boxeara con una, aunque marcaran el mismo peso. Me reconozco como producto de una sociedad patriarcal, en el que la mujer ha sido abusada y reprimida en el nombre de Dios, de la Sociedad, de la Patria, de los usos y costumbres, a la que durante miles de años le hemos asignado en términos generales su papel como dadora de vida, pero sometida al yugo masculino, por lo mismo sostengo que el feminismo moderno no debe de fundamentarse en la masculinización de la mujer.

Quinn se convirtió en el primer deportista transgénero en ganar una medalla olímpica con el equipo canadiense de futbol soccer, sostengo que, si tiempo después de su muerte se le practicara un examen de ADN a sus restos, el resultado del mismo será que se trata de un varón, por más que su percepción y la de la sociedad que le acompaña le asuma como mujer. Lo sostengo respetuosamente, sólo cito dilemas en los que la sociedad deberá de transitar en el presente.

El género no debe condicionar la capacidad de las personas, personalmente considero un exceso que la política de cuotas privilegie la condición sexual y no la capacidad individual para gobernar en beneficio de nuestra gente. Es importante privilegiar el fondo y no la forma que la sociedad reclama. Me preocupa una comunidad en la que las minorías terminen sobrerrepresentando su participación dentro del tejido social.

*El autor es empresario, ex dirigente de la Coparmex Mexicali.

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