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Eugenio Elorduy

Maricela Jacobo Heredia, directora en ese tiempo del Instituto de Cultura de Baja California, resulta fundamental para esta narrativa 100% cierta. 

Maricela Jacobo Heredia, directora en ese tiempo del Instituto de Cultura de Baja California, resulta fundamental para esta narrativa 100% cierta. En el gobierno del ex gobernador Eugenio Elorduy se construyó el primer Centro Estatal de las Artes. Sin la intención de aprovechar su gobierno, o dicho en otras palabras, al margen de quien gobernara en Baja California, un grupo de creadores, artistas plásticos, o más claro aún, pintores, decidimos reunirnos mensualmente en Tecate en las instalaciones de la UABC, con el apoyo de Sergio Rommel, director de esta unidad universitaria. Esta iniciativa fue de Roberto Rosique, artista plástico y profesor de la Facultad de Artes en Tijuana, (oculista). Los participantes: Álvaro Blancarte (+), profesor de la misma facultad; Jaime Brambila, (arquitecto y cuatro veces consecutivas, primer lugar en escultura en las bienales de Plástica de Baja California); Gabriel Adame, (pintor y odontólogo), el propio Sergio Rommel, Juana Valdez (escultora y profesora de escultura de la Escuela de Bellas artes del Estado;) y quien esto escribe (cuatro veces primer lugar en bienales Plástica de Baja California). Nuestro proyecto fundamental: planear, organizar todo lo necesario para que en Baja California se lograra un museo de arte para creadores bajacalifornianos; artistas plásticos fundamentalmente. Nos pusimos como meta un año para el objetivo. A estas reuniones mensuales asistía con frecuencia Maricela Jacobo Heredia. “Se logrará; lo van a alcanzar”, nos decía en las reuniones. En un momento específico acordamos la asesoría de expertos al respecto de la ciudad de México. Maricela nos apoyó trayendo a la doctora Miriam Kaiser, que naturalmente nos asesoró en lo fundamental. La doctora citada ya había dirigido o intervenido en el diseño o asesoría de seis museos en México, e ignoro si también en otros países. Las reuniones mensuales entre los ya citados seguían celebrándose, pero un día “x”, Maricela nos citó a todos los creadores fundamentalmente radicados en Mexicali. “El gobernador Eugenio Elorduy
quiere hablar con todos los artistas”, nos dijo la directora del ICBC. Y nos comunicó la hora de la reunión. Entre creadores, prensa, fotógrafos e interesados nos reunimos aproximadamente cien personas, en la sala de lo que es La Galería de la Ciudad. “Haber artistas, quién quiere hablar”, dijo Elorduy ya en el presidio.

De inmediato yo levanté la mano. (Lo que sigue resulta muy llano y natural porque su esposa María Elena era mi alumna en la escuela de Bellas Artes del Estado, y uno de sus hijos pequeños también asistía a la misma escuela, y el ingeniero pasaba a recogerlo, por lo mismo el trato coloquial)

“Maestro Benavides, dígame”. Le expliqué ampliamente de nuestro proyecto pro museo. En el inter preguntó: ¿Tienen o traen algún proyecto arquitectónico del mismo? Al instante se levantó el arquitecto Jaime Brambila, que se encontraba presente y que, en nuestras reuniones, dentro
de los protocolos e iniciativas, Jaime había realizado un proyecto arquitectónico con el mismo objetivo. De inmediato lo proyectó. Jaime ya lo había previsto sin duda. Al Gobernador le creció el entusiasmo. Me pareció que mostró un definitivo interés. Sin más que agregar Elorduy le dijo a Maricela “Vete a la ciudad de México, fin de reunir más información al respecto; en junio búscame para conocer el resultado”.

Maricela a su regreso de la ciudad de México asistió a otra de nuestras reuniones y nos comunicó lo siguiente: (no textual). En México no estuvieron de acuerdo con la idea del museo y en cambio sugirieron un Centro de las Artes, a fin de atender múltiples disciplinas: danza, música, conciertos, teatro, librería, cafetería, salón de usos múltiples, etc.

Sin más protocolos y agregados de esta información, se inició la construcción de lo que es hoy el CEART. El sueño, o nuestro sueño, de un museo en México lo rechazaron lamentable quienes deciden en el desaparecido DF. Tienen cinco o másmuseos importantes y desconocen la calidad y trascendencia de la Plástica de Baja California. Dicen que “La ignorancia, no anda en burro”. En este caso quienes clamamos por una sala de arte estamos perdidos, soportando oídos sordos o más que sordos, de la politiquería de los Tigres del Norte y de pachangas cerveceras: que viva la cultura de los ignorantes.

*- El autor es Profesor Emérito, UABC, por la Facultad de Arquitectura. Creador Emérito, ICBC. Artista plástico.

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