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Esperanza de ajuste

En la anterior ocasión mencionaba una serie de promesas a medias, refiriéndome al paquete económico para el próximo año.

En la anterior ocasión mencionaba una serie de promesas a medias, refiriéndome al paquete económico para el próximo año. Debido a que continué leyendo sobre la propuesta y revisando otras opiniones, es que continúo con los comentarios pues se puede pensar en un ajuste, en una eventual reconsideración sobre la iniciativa privada, sobre la sociedad civil y las organizaciones no gubernamentales.

Se hace una referencia, a evitar dudosas prácticas fiscales y a reforzar su penalización, como en el caso de las llamadas condonaciones de impuestos, lo cual debe revisarse pues sin abusar de ellas no se le debe equiparar, por ejemplo,

al robo de combustibles, porque condonar no es delito y en la mayoría de las veces pudo tratarse del diferimiento del pago si era permitida por la reglamentación.

Hay otros elementos que llegan a percibirse en la estrategia planteada por el presidente en la economía del año que entra y en los cuales, al menos en tres, puede y debe participar el sector empresarial, la primera se refiere a fortalecer la economía popular -principalmente en el campo- y para grupos llamados vulnerables y para ello la instrumentación de programas sociales. Un segundo elemento se refiere a la puesta en marcha de proyectos de desarrollo regional, como los del Sureste, Tren Maya, etc.

Como tercer punto está el fomento a la participación de la iniciativa privada y como cuarto factor fomento al comercio exterior y de la inversión extranjera. Particularmente en el último, es en donde las empresas como las IMMEX de Mexicali es en donde tienen una relevante actuación. Respecto a la inversión extranjera, hay que tener en cuenta su importancia y la necesidad de seguir atrayéndola porque en lo que se estima para este 2019 de poco menos de 26 mil 400 millones de dólares, sería la cifra más baja para un primer año de gobierno en los últimos tres sexenios y, en parte, un reflejo de lo que ocasiona a incertidumbre sobre las políticas públicas o la cancelación unilateral del gobierno para obras de infraestructura como el aeropuerto de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México o la revisión, también, de los contratos para las obras de los gasoductos.

Si tomáramos los cuatro puntos anteriores como una reingeniería estratégica, entonces el paquete económico para el 2020 busca también la estabilidad económica, el acotar el gasto, el equilibrio y sustentabilidad de las finanzas de gobierno y de acotar la deuda pública.

Pero permítanme regresar el primer elemento: fortalecer la economía popular y asistencia para grupos vulnerables. Para que a todos nos quede claro y transparente el uso de recursos públicos, debe procederse a una evaluación de la rentabilidad social de los programas y proyectos y no limitar la información sobre cómo operan.

Como lo señalaba en la contribución que antecede a esta, el presupuesto 2020 habrá de tener coherencia entre los recursos captados y el gasto para programas asistenciales e infraestructura que genere un círculo virtuoso de inversiones productivas, empleo forma y desarrollo nacional.





*El autor es consejero y tesorero nacional de Index, además de director de Recursos Humanos para Latinoamérica en Newell Brands.

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