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Encabritado

Me quedé corto con el encabezado porque se puede estar más que encabritado si te dicen nones al registro de tu partido político y en paralelo aparece un libro que te pone como lazo de cochino. Esto le sucede a Felipe Calderón que ha de estar como carbón encendido al rojo vivo.

Me quedé corto con el encabezado porque se puede estar más que encabritado si te dicen nones al registro de tu partido político y en paralelo aparece un libro que te pone como lazo de cochino. Esto le sucede a Felipe Calderón que ha de estar como carbón encendido al rojo vivo.

Pero, puntualizo: Este artículo no es para eximir de la pesadumbre del expresidente acusado de autoritario, belicoso, corrupto y todo un abecedario de perversidades contenidas en el libro escrito por Olga Wornat: “Felipe, El Oscuro”.

Confieso que lo leí en una versión pirata lo cual no acostumbro por ser en perjuicio del sacrosanto derecho de autor. Pero, en el enclaustramiento en el que vivo se me hizo fácil darme licencia.

Además, no tengo cargo de conciencia porque supongo que los beneficios por haber escrito tan ácido texto están cubiertos y quizá, de manera jugosa. ¡Que no me digan, que no me cuenten! A todas luces este es un misil teledirigido en la guerra por el poder político. Y tratándose de guerrear, Felipe Calderón “desdedenantes” ya velaba sus armas.

También leí en Facebook una aniquilante seudo biografía de “ya sabe quién”. Bueno, si el libro de “Felipe, El Oscuro” es de una incendiaria degradación; el apócrifo y horripilante texto del oriundo de Macuspana es infernal.

Y, aunque sea difícil de creer, no fue por morbo ni por hastío en contra de ninguno de los dos presidentes, el presente y el pasado, que le dedique tiempo a leer lo que acrecentó mi desánimo.

Tal vez, impulsado por mi interés profesional en la antropología de la comunicación política. Del primero solo puedo decir que está mejor escrito, ya que el segundo es de aberrante redacción; pero ambos de manera profusa agreden a rajatabla. Aguijonean encono, divisionismo, odio. Sin avalar a ninguno de los dos textos, lo único que tengo en claro es que estamos inmersos en una decadente propaganda política que acusa y denosta; pero que no litiga en tribunales.

LA PALABRA DE HOY: ENCABRITADO

El habitual mexicanismo encabritado es estar muy enojado. Saltándome las trancas diré que equivale a encabronado. El niño malhablado canta: “cabra, cabrín, cabrón”…

Difícil de amansar y contener, la cabra brincar y trepa por lugares escarpados. El macho de metro y medio de altura, con cuernos hacia atrás y un mechón de pelos en la barbilla es vivaz y hosco por naturaleza…

En otro ámbito, en la provincia de Córdoba, Andalucía, existe un lugar llamado Cabra que para fortuna de sus habitantes tiene el gentilicio egabrense y no “encabronense”.

DE MI LIBRERO: LA PRESIDENCIA IMPERIAL

Del zangoloteado editor, ensayista y empresario cultural, Enrique Krauze, “La presidencia imperial” es una crónica de mandamases que abarca medio siglo del autoritarismo. Desde Manuel Ávila Camacho hasta Carlos Salinas de Gortari, todos del partido tricolor que Mario Vargas Llosa bautizó como “La dictadura perfecta”, lo dijo porque así mantuvo el poder en una infausta sucesión en colusión con muchos empresarios.

Como mi abuela decía; “La burra no era arisca” y hoy el libro que acusa a “Felipe, el oscuro” es el argumento continuado de la trágica Comedia Nacional que, si no cambia, será a los ciudadanos a los que tenga encabritados.

*- El autor es profesor de Redacción Creativa en Cetys Universidad.

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