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El segundo

La vez anterior hice un breve recuento sobre el primer año del actual gobierno y la constante información e informes y numerosas conferencias “mañaneras” de parte del titular del Ejecutivo federal, aunque desde mi punto de vista con pocos buenos resultados si se trata de economía.

La vez anterior hice un breve recuento sobre el primer año del actual gobierno y la constante información e informes y numerosas conferencias “mañaneras” de parte del titular del Ejecutivo federal, aunque desde mi punto de vista con pocos buenos resultados si se trata de economía.

Cité que los “otros datos” no son congruentes con la parálisis de varios sectores, con la disminución de la inversión pública y privada, con el tenue desempeño de las ventas y una contracción en la generación de empleos formales.

Dicho esto, ahora comento sobre lo que puede preverse para el segundo año de gobierno, mismo que comenzó hace más de diez días. Comienza, por lo menos, reconociendo el presidente que en materia de seguridad y crecimiento no se ha avanzado, que hay mucho por hacer, aunque mejor dicho sería rehacer. En los próximos doce meses veremos que sigue el empeño político por seguirle apostando al petróleo como el principal medio para impulsar el desarrollo, aunque siga canalizándose recursos que puede ser no tengan feliz retorno por lo menos por el proyecto de construir una refinería en Dos Bocas que se ha visto geográfica y geológicamente no es viable pues ya sufrió una inundación; pienso que lo mejor hubiera sido ir transformando, modernizando, de una a un las refinerías existentes, a las que les falta actualización técnica para que mejore su capacidad de producción.

Haber esto la reforma de las refinerías hubiera sido menos onerosa y además podría haberse pensado en hacerlo con modelos de asociación público-privadas; esto además mandaría señales positivas a las calificadoras internacionales sobre la solvencia de Pemex y en general del país al reducir la carga financiera de su deuda.

El segundo año deberá ser reducir la multiplicidad de problemas de inseguridad, de contener la pérdida de crecimiento, inversiones y empleo, de mejorar la atención a la salud y acceso a los medicamentos, de reorientar el sector energético pues sin energía no hay actividad alguna, por ejemplo. De esto último, energía, los proyectos han de ser racionales no irracionales y tomando decisiones por conceptos y caprichos ideológicos, como en el recién estructurado plan de infraestructura, deberá hacerse para la energía eléctrica el gas y otras fuentes de generación.

Pero para retomar el rumbo, hay una premisa que debe replantearse: privilegiar la capacidad más que la honestidad, pues ha dicho el mandatario que prefiere 90 por ciento de honestidad y 10 por ciento de capacidad, siendo que ambas cualidades no son sustitutas ya que bien puede pensarse en el máximo nivel en ambas porque en nuestro país seguramente habrá muchas personas que lo cubran, independientemente de la afiliación política que tengan.

Salud es otro tema en el que se deberá trabajar si recordamos que se ofreció que en tres años (ya va uno) nuestro sistema sería comparable al de los países nórdicos, pese a que hemos sabido de desabasto, de menores presupuestos aplicados y altibajos en los servicios y restricciones de personal en el medio, aunque recientemente se abrieron plazas en el IMSS para 8,704 personas requeridas como enfermer@s, doctores y especialistas.

En suma, con lo ya vivido y experimentado en un año de gobierno, para el segundo (año, no gobierno) no pueden derrocharse recursos ni organizar constantemente celebraciones e informes multitudinarios, tampoco pueden ni deben seguir justificándose las cosas y los malos resultados por lo que se hizo en el pasado.

* El autor es Consejero y Tesorero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands.

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