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El riesgo de los debates

Algo que quedó claro en el debate del Instituto Estatal Electoral de Baja California (IEEBC) entre los candidatos a la gubernatura, es que se cometieron errores graves y muy puntuales. Más allá de los recurrentes problemas técnicos que se repitieron a lo largo de las más de dos horas, es que la participación de los moderadores da un espacio para la parcialidad, adicional a eso resultan ambiguas las ponencias de los participantes, que, por cierto, no siempre es culpa de los candidatos, pues el formato no da para mucho, al querer meter todo, termina siendo nada.

Algo que quedó claro en el debate del Instituto Estatal Electoral de Baja California (IEEBC) entre los candidatos a la gubernatura, es que se cometieron errores graves y muy puntuales. Más allá de los recurrentes problemas técnicos que se repitieron a lo largo de las más de dos horas, es que la participación de los moderadores da un espacio para la parcialidad, adicional a eso resultan ambiguas las ponencias de los participantes, que, por cierto, no siempre es culpa de los candidatos, pues el formato no da para mucho, al querer meter todo, termina siendo nada.

A los candidatos se les da muy poco tiempo alrededor de 12 minutos netos durante el debate, ya que estamos hablando de siete contendientes que tienen que hablar dividiéndose en varios bloques con diferentes temas en un espacio de apenas dos horas, por lo que tal vez, lo que oigamos como ciudadanos no sea la verdadera personalidad o la opinión íntegra de la o los candidatos, lo que sumado a la parcialidad natural de los moderadores complica las cosas y hace que los debates sean un riesgo para la imagen de los candidatos y de la institución electoral.

Un ejemplo muy claro es que los candidatos tienen para hablar de un tema específico, por ejemplo, un plazo de alrededor de tres minutos que van utilizando en más de una participación, por lo que en ese tiempo tan pequeño deben dar sus propuestas en el tema específico e intentar convencer a los ciudadanos de votar por ellas y ellos, además de que en varios de los casos tuvieron que contestar a los comentarios de otros candidatos, que astutamente utilizaban ese tiempo más para denostar que para presentar propuestas concisas a la población del estado.

Habrá que ver si en los debates oficiales del 2 y el 23 de mayo el IEEBC hace las modificaciones pertinentes a favorecer la verdadera interacción entre los candidatos y con la comunidad, ya que ésa será la única forma en la que los debates cumplan su función original, y no se conviertan en un ejercicio torpe y sin mucha trascendencia, ya que quedó clara incluso la baja audiencia que tuvieron el pasado 18 de abril, por el desinterés que entre los ciudadanos por la política y quienes la ejercen.

Por otro lado, a final de cuentas los debates son un ejercicio de acercamiento con la ciudadanía, y el que tanto la autoridad como los organismos empresariales y civiles organicen debates con relativa frecuencia en un periodo tan corto de campañas termina produciendo que los contendientes pasen más tiempo en eventos de élite que en las calles en contacto directo con quien sí votará el 6 de junio porque lo que, hasta en eso, los formatos y la periodicidad de los debates -y no los debates en sí- terminan siendo un riesgo para la democracia del estado de Baja California.

*- El autor es periodista con 25 años de carrera, ha encabezado noticieros en la televisión internacional; ganó el premio Nacional de Periodismo y ha sido académico, además dirige la página www.alfredoalvarez.mx.

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