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El primer informe

No hay nada nuevo bajo el sol, desde la época de su campaña AMLO había realizado las mismas promesas.

No hay nada nuevo bajo el sol, desde la época de su campaña AMLO había realizado las mismas promesas. Este aunque es su primer informe ha sido presentado en cuatro ocasiones. De acuerdo con lo informado por el presidente, se ha cumplido con el 85% de las promesas que se había comprometido con los electores. Hay sin duda, claroscuros en el ejercicio de su responsabilidad. Tiene en su haber cosas positivas, muy pocas por cierto, e infinidad de errores, omisiones ocurrencias y necedades que han caracterizado su forma de gobernar. Indudablemente, la polarización que a diario realiza en las conferencias mañaneras le ha atraído la animadversión de muchos comunicadores al acusarlos de prensa “Fifi”, pero lo que más ha “calado” en la clase empresarial es la cancelación de la construcción del aeropuerto en Texcoco.

Lo positivo del presidente es haber terminado con la jubilación ostentosa en contra de los expresidentes; además, finanzas públicas sanas, el control de la inflación, el no endeudamiento externo, la disminución del IVA en la frontera, el aumento al doble del salario mínimo, el no incremento de impuestos, el apoyo a las personas de la tercera edad, a personas con capacidades diferentes, y a los jóvenes llamados “ninis”; terminar con las exenciones de impuestos a las grandes empresas, cesar con el robo de combustible o Huachicoleo. Lo negativo, entre otras muchas cosas, es la disminución del empleo, el aumento del valor del dólar y el nulo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). A pesar de contar todavía con el 68% de aceptación, cada día crece la inconformidad por la forma en que viene abordando los problemas del país sobre todo el de la inseguridad, ante la negativa de cambiar la estrategia de “abrazos no balazos” ante los sucesos de la masacre a la familia LeBarón.

La inseguridad, el estancamiento económico, la polarización social, la impunidad, la orientación del gasto público hacia la compra de votos en estados de la república cuya captación de impuestos no es significativa y el castigo a aquellos estados que más contribuyen al erario federal, la impunidad creciente, y el no castigo, prometido por cierto, de encarcelar a los saqueadores de las arcas públicas. La libertad de expresión ha sido trastocada ya que a muchos comunicadores los ha catalogado de “chayoteros” o Prensa “Fifi”. Algunos reporteros y comunicadores, no lo dicen textualmente, pero dan a entender que han salido de los medios donde laboran debido a las críticas hacia su administración. Ha pedido López Obrador un año más para consolidar su proyecto de la 4T, hasta ahora no se ha visto el liderazgo de un estadista, únicamente se le ha visto formas y rasgos caudillistas y expresiones populistas en la búsqueda de refrendar para su partido el triunfo electoral para 2021.

El discurso polarizador de AMLO no le ayuda en nada al confrontar y dividir la sociedad entre ricos y pobres, en vez de llamar a la unidad a la concordia y a la civilidad política. Creo que su relación con los empresarios del país, no es buena, pero debiera recomponerla ya que son los inversionistas los que pueden sacar al país del estancamiento económico en que nos encontramos. Si no hay crecimiento económico, no habrá para repartir a los que menos tienen. Todavía está a tiempo de recomponer las cosas. Hasta ahora se ha visto que los empresarios han estado en reuniones con él y se comprometen a invertir, pero en la realidad no invierten nada. Todavía puede renovar la esperanza de muchos mexicanos. No al desencanto a pesar de no querer rectificar su estrategia económica y de seguridad.

*- El autor es economista egresado de la UABC.

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