Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas /

El correo electrónico

Dentro de la era digital el correo electrónico ha sido una de las herramientas más socorridas, y de gran utilidad para todo mundo.

Dentro de la era digital el correo electrónico ha sido una de las herramientas más socorridas, y de gran utilidad para todo mundo.

Tom Cochran, director de Atlantic Media, una empresa de medios de comunicación en Estados Unidos, decide revisar y analizar que tanto usa el correo electrónico en la Empresa. En una semana recibe 511 correos, y mandaba 284, esto equivale a un promedio de 160 diarios en cinco días laborables.

Cuando ya no le gusto mucho a Cochran fue cuando se dio cuenta del tiempo que les invertía: una hora y media diaria.

Sigue el análisis

Tom decide entonces seguir de frente con el estudio, y ahora averigua que tanto le invierten los empleados de la Empresa en el correo, y en base a los sueldos cual es el costo real para el negocio dicho tiempo.

Reúne estadísticas de todos los correos que se realizan, el promedio de palabras que llevaban, y un cálculo del tiempo que se requería para leerlos y contestarlos; y luego comparó los sueldos de los empleados con el tiempo invertido y el resultado no dejó de impactarle: el costo para la Empresa era de poco más de un millón de dólares al año, con un costo promedio de cada mensaje enviado o recibido de noventa y cinco centavos de dólar.

Resultó que el medio de comunicación gratuito no lo era tanto precisamente. Se podía haber rentado un avión jet para los viajes de los ejecutivos.

¿Cuál es el problema de fondo?

En el caso de un trabajador manual es hasta cierto punto muy sencillo medir su productividad: en base a la cantidad de trabajo realizado. Pero en el caso de un trabajador del conocimiento, que trabaja con el intelecto, es más difícil evaluarlo. Y para este tipo de empleados el estar contestando y enviando correos es una manera muy fácil de demostrar que están trabajando, cuando en realidad simplemente están recibiendo y enviando información.

¿Qué pasaría si no hubiera correo electrónico? Tendrían que esforzarse más para tener claro cuáles son sus prioridades, y dedicarse de lleno a ello haciendo por lo tanto un trabajo más profundo y con mayor impacto en los resultados del negocio.

Aquí el aspecto nodal es que desde el punto de vista laboral se le ha dado una importancia muy grande a todo lo referente a la tecnología, cuando no necesariamente el contestar los correos dentro de una hora después de haberlos recibido sea prioritario.

Conclusión

El uso del internet, de las redes sociales, y del correo electrónico han sido de gran utilidad, pero hay que estar conscientes de que en la mayoría de los casos ha sido con fines de entretenimiento o informativo, no tanto con carácter formativo, educativo o cultural. Y que en la medida de que nuestro trabajo sea hecho de la manera más profesional posible, y basado en un aspecto que le dé valor agregado a las personas, ya sea como colaboradores o como clientes, será precisamente lo que nos saque adelante en la economía del conocimiento, y no precisamente el número de seguidores o de likes en las redes sociales.

*- El autor es socio del Despacho Ballesteros y asociados.