¿Dónde estuvimos? II
Hace semanas terminó el gobierno del “Inge” Bonilla, nunca imaginé que fuera a superar la corrupción e ineficiencia del de Vega de Lamadrid.
SOMOS LO QUE HACEMOS
Hace semanas terminó el gobierno del “Inge” Bonilla, nunca imaginé que fuera a superar la corrupción e ineficiencia del de Vega de Lamadrid; lo he dicho y escrito antes, no tengo duda de que el del “Subse” ha sido el más ineficiente y corrupto del que se tenga registro. No soy de los valientes que lo señalaron al final de su gestión y que callaron durante los dos años; tampoco reconozco gracia alguna al haberme asumido como crítico de sus prácticas y trabajado, junto a unos cuantos, en la defensa del Sistema Estatal Anticorrupción, lo asumo como una simple obligación, uno hace lo que aprendió en su casa, y en la mía nos enseñaron la obligación de participar.
¿Dónde estuvieron los organismos empresariales?, ¿Dónde los medios de comunicación que terminaron, como casi siempre, siendo cómplices de la relación entre finanzas públicas y publicidad?, ¿Dónde los organismos de la sociedad civil?; con la excepción de Octavio Sandoval y la COPARMEX en Mexicali, la respuesta es demoledora: ausentes, lejanos y escondidos en la sinrazón de quedar bien al no señalar nada, en sonreírle a Vicenta Espinoza, en procurar la cercanía de empresarios producto de la tranza y los arreglos en lo obscurito, vaya, sin tener siquiera la estatura para encarar a los 21 diputados lamebotas que prefirieron entregar el cuerpo antes que defender la democracia en nuestro estado.
No tuvimos siquiera los pantalones para cuestionar a los cómplices de Bonilla, somos los únicos responsables de nuestro autoabandono. Muchas veces recurrí a diferentes liderazgos de nuestro estado solicitándoles su apoyo para construir un frente común contrario a la corrupción de Bonilla, tristemente la respuesta fue siempre la misma: no es el momento, debemos aguantar ya que pronto se irá. Lo que se fue, fue una parte de nuestro futuro.
No sólo somos víctimas de nuestros políticos, somos sus cómplices; la solución no está en ellos sino en nosotros; ellos son profesionales que sólo sirven a sus intereses, a los de sus partidos y a los de sus cuates de ocasión.
La estulticia de nuestros gobernantes es sólo equiparable a nuestro valemadrismo; hoy estamos pagando nuestra decidía al habernos conformado con una incipiente democracia electoral, conformándonos con el hecho de que nuestro voto cuente y no por lo que una democracia real significa, igualdad ante la ley. El día en que usted y podamos ser juzgados bajo las mismas premisas que el bajacaliforniano más humilde, ese día podremos irnos a dormir sabiéndonos con la satisfacción del deber cumplido, mientras tanto seguiremos siendo simples cómplices del status quo.
Debemos trabajar en una agenda legislativa para adelgazar la pesada nómina estatal, así como una sólida agenda anticorrupción, evaluación de jueces y magistrados por organismos independientes, no por los grupos políticos de ocasión. Presidentes Municipales y regidores honorarios, con arraigo y fama pública, la calidad de los servicios municipales nada tiene que ver con los partidos políticos.
Mientras la gobernadora siga refiriéndose a López Obrador como el mejor presidente de la historia de México, el mismo que ha puesto al “Inge” Bonilla como un ejemplo de buen gobierno, seguiremos poniendo la vara lo más bajo posible. Es tiempo de plantarle la cara a nuestros problemas y dejar de ser las plañideras de nuestro propio funeral, ganémonos el derecho a ser ciudadanos para ser tratados como tales.
*- El autor es empresario, ex dirigente de la Coparmex Mexicali.
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