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Días de guardar: el islam 

En el pasado Camelot, Paûlos el evangelizador, hicimos votos porque estos días de guardar, fueran días dedicados a la reflexión no sólo en el sentido de la fe per sé, por ello escribimos sobre la importancia de Pablo en el proceso de evangelización.

Somos lo que hacemos

En el pasado Camelot, Paûlos el evangelizador, hicimos votos porque estos días de guardar, fueran días dedicados a la reflexión no sólo en el sentido de la fe per sé, por ello escribimos sobre la importancia de Pablo en el proceso de evangelización que permitió la expansión del cristianismo hasta nuestros días, de verdad, sin él, es probable que la figura de Jesucristo hubiera sido lo que en su momento lo fueron Dionisio, Zaratustra, Mitra, entre otros que dieron origen a cultos en la región central de Asia y que desaparecieron con el tiempo, claro a menos de que se asegure que todo fue parte de un plan divino del que Pablo fue sólo una pieza. Estos días he dedicado a recuperar algunas notas de lecturas pasadas en relación a las religiones reveladas, el judaísmo, el cristianismo y el islam, si usted me lo permite éstas serán la base de algunos Camelot.

El islam es a todas luces una utopía religiosa, lo es porque no se circunscribe al campo religioso, el islam es una serie de principios que abarcan prácticamente todos los ámbitos de la vida, desde lo religioso, pasando por lo económico, lo moral y los términos sociales que deben regir la vida en comunidad; es esta una primera diferenciación con el cristianismo, en el islam el amor de Dios hacia nosotros es tan grande que quiere que vivamos una vida terrenal feliz y correcta, se cree en el hecho de que el paraíso puede ser terrenal si se siguen sus principios; el cristianismo aspira a que los pecadores sean debidamente perdonados, para que los mismos puedan ser merecedores al paraíso prometido, pero no en éste mundo; el Antiguo y el Nuevo Testamento están llenos de pecadores que encuentran en la misericordia de Dios, desde el estafador de Jacob hasta el traidor de Pedro o el cruel Rey David.

Mientras el cristianismo aspira a la perfección en el final de los tiempos, el islam aspira a un mundo sin pecadores; en sus inicios las comunidades, Califatos, gobernados por los descendientes de Mahoma, un rico mercader que a los 40 años y en medio de una profunda crisis existencial se retira al desierto y durante su penitencia recibe las enseñanzas directas de Alá, rompiendo con los culto politeístas reinantes en la península arábiga dando pie a la fundación de una religión muy poco conocida por nosotros en nuestro país; misma que se ha visto adicionalmente distanciada al ser un credo que durante los últimos años tristemente ha sido pretexto de grupos extremistas que ha hecho de la violencia una extraña amalgama so pretexto de la fe.

¿Cuándo se rompió la convivencia entre las religiones abrahamistas?, es difícil establecerlo, debemos tener presente que a partir del siglo XII hubo, a través de Las Cruzadas, ataques a ciudades medias de Oriente, los costos para los europeos fueron superiores y los mismos no llegaron al corazón del islam; durante la ocupación árabe europea se logró la convivencia de los tres credos, fue tal vez producto del rompimiento entre Europa y el pueblo turco, por la traumática desaparición del Imperio Otomano el detonador de la profunda división que hoy en día reina entre las tres religiones monoteístas que dominan el panorama mundial. Como lo dije antes, ojalá que los días de guardar sean una invitación a la reflexión.

*El autor es empresario, ex dirigente de la Coparmex Mexicali.