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 Del Narcoestado al Estado fallido

Después de la decisión política y legal de investigar si las declaraciones de Emilio Lozoya implican a Peña Nieto y las de Genaro García Luna a Felipe Calderón, la población en el país ha estado pendiente de lo que ocurrirá. Las investigaciones hasta ahora no son concluyentes, están en proceso, lo único que hemos visto es un litigio en los medios de comunicación.

Después de la decisión política y legal de investigar si las declaraciones de Emilio Lozoya implican a Peña Nieto y las de Genaro García Luna a Felipe Calderón, la población en el país ha estado pendiente de lo que ocurrirá. Las investigaciones hasta ahora no son concluyentes, están en proceso, lo único que hemos visto es un litigio en los medios de comunicación. El “linchamiento mediático” de parte del gobierno ha sido constante. Lo que habría que analizar es que sucedería si en la realidad no meten a la cárcel a todos los implicados incluyendo a los expresidentes. La “quemada” a la 4T sería de consecuencias catastróficas que afectaría a la imagen del gobierno y la posible confirmación de Morena en las urnas. Por otra parte, esta situación no es nada saludable para el país, este “diferendo” que está enfrentando el presidente provoca gran incertidumbre y división en la sociedad.

Muchas personas ven esto como una venganza que se ha transmutado en una “obsesión” por resarcir, según AMLO, el robo del cual fue víctima en la elección de 2006. En lugar de convocar a la “unidad y la concordia” el propio presidente le está echando “gasolina a la lumbre”. Nadie en la clase política mexicana está exento de acusaciones que en ocasiones no son comprobadas porque jamás son investigadas. La complicidad y las corruptelas solo se dan en las altas esferas del poder, la “impunidad campea” en nuestro país. “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”. Se ha destapado la “caja de pandora”, exhibiendo a dos expresidentes de tener cierta responsabilidad en el manejo de los dineros del erario, sobre todo dinero venido por actos de corrupción, para comprar conciencias y sobornar a los representantes populares que aprobaron las reformas estructurales durante la gestión de Enrique Peña Nieto.

La sociedad no es “ingenua” y muchos afirman que este “show” es pura “matraca” que al final nadie ira a la cárcel, menos dos personajes que ocuparon la silla más codiciada del país. Que lo que está ocurriendo es una “cortina de humo” para ocultar la incompetencia y la falta de respuestas a los grandes problemas que estamos enfrentando, como lo es el tema económico, la inseguridad y el mal manejo de la emergencia sanitaria. ¿Quién gana y quién pierde?  Los perdedores seremos todos, en primer lugar, el presidente por desplegar una “cacería de brujas” que lo pone en entredicho, porque él siempre ha sostenido que él no odia, que no es vengativo, ni rencoroso, pero que “jamás olvida”. Se sube al ring con una persona que no es de su peso.

Él es el presidente de la república, el hombre más poderoso del país, de paso se lleva a una parte importante de la sociedad que no está de acuerdo en que se litigue en los medios y a condenarlos sin haberse llevado un debido proceso legal de presentación de pruebas. La discusión ha entrado en un terreno peligroso a tal grado de que el propio presidente de la república ha calificado la administración de Felipe Calderón como narcoestado. Término que se aplica a aquellos países cuyas instituciones políticas se encuentran influenciadas de manera importante por el poder y las riquezas del narcotráfico, cuyos dirigentes desempeñan simultáneamente cargos como funcionarios gubernamentales y miembros de las redes del tráfico de drogas narcóticas ilegales, amparados por sus potestades legales.

Pero, también muchos analistas políticos han calificado a la administración de AMLO como un “Estado fallido” caracterizado por un fracaso social, político y económico y por tener un gobierno débil o ineficaz, que tiene poco control sobre vastos temas de la agenda nacional, muchos de ellos controlados por el crimen organizado, además de no proveer, ni puede proveer servicios básicos, presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad, refugiados y desplazados, así como una marcada degradación económica. ¿Estarán dispuestas las partes en disputa a recurrir a la ley del talión?

 

*- El autor es economista egresado de la UABC.

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