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¿De qué se trata?

Ahora que los viejos partidos políticos mexicanos, otrora triunfadores constantes, están arrumbados tratando de ser una oposición real, y exigen ser tratados finamente por el gobierno actual intentando convertirse en una alternativa electoral, las cosas o se les dan fácilmente.

Por el derecho a la libertad de expresión.

Ahora que los viejos partidos políticos mexicanos, otrora triunfadores constantes, están arrumbados tratando de ser una oposición real, y exigen ser tratados finamente por el gobierno actual intentando convertirse en una alternativa electoral, las cosas o se les dan fácilmente. Tienen en contra, las malas administraciones gubernamentales que significaron el saqueo del erario en los tres niveles de gobierno, y su inexplicable enriquecimiento. La cofradía que formaron al finalizar sus administraciones se centró en un solo punto: Protegerse de cualquier investigación y salvaguardar sus capitales ilegales. Nadie persiguió a nadie y las cosas se dieron de manera suave, sin salvajismos y respetándose unos a otros. Los priístas creadores de todo ese estercolero instruyeron a los panistas, que aprendieron rápido y reforzaron la corrupción. El peor panista por descarado, llorón y vulgar es sin duda Vicente Fox quién alegaba, vergonzosamente, que no tenía ni para frijoles.

Aunque ahora quieren vestirse de blancas palomitas, estos partidos gandallas y los partiditos seguidores, siempre supieron aprovecharse de las condiciones político-económicas, para conservarse en el poder. Los excesos en todos los órdenes que incrementaron la corrupción, les dio para quedarse sexenio tras sexenio. Hasta que llegó López Obrador iniciaron la ruta del sufrimiento por otros tiempos y se les abrieron los ojos y la conciencia y comenzaron a denunciar cuestiones actuales. Esto es correcto pues, no porque en administraciones pasadas hicieron lo mismo no se debe señalar ahora. Al contrario, con más frecuencia los malos funcionarios y las obras que nos dañen deben ser señaladas, y los gobernantes actuales deben dar seguimiento a esas denuncias.

Respecto al asunto de la derrota a la reforma a la constitución por la cuestión eléctrica, y el acoso que están enfrentando los de la oposición por este suceso, no estoy de acuerdo con ello. Muy mal hacen López Obrador y sus seguidores, en amenazar y llevar a cabo acciones intimidatorias contra quienes ejercieron su derecho a disentir, en las cámaras de diputados y senadores. Estas actitudes abren muchas posibilidades en otros órdenes de gobierno y en otras autoridades que, amparándose en ellos, comenzarán a golpear a quienes denunciamos en niveles locales.

Este es el caso del agente de policía Alfredo Flores, de Tecate, a quién los vecinos hemos denunciado por sus actitudes groseras e irrespetuosas, al invadir nuestra tranquilidad en nuestro propio hogar, obligándonos a escuchar música estruendosa durante horas, sin importarle si es de día o de noche. Esta situación, que hemos denunciado formalmente ante cuatro expresidentes municipales, no ha podido ser remediada por el poder que al parecer tiene este oficial. Las mismas personas que trabajan contestando las llamadas en el C4, cuando lo reportamos, lo defienden. La semana pasada después de seis horas de ruido y con dolor de cabeza, cuando llamé para denunciarlo, la operadora me dijo, - Señor, apenas son las seis de la tarde. Le contesté, no es que sea de día y temprano, son el total de horas de ruido y el volumen que utiliza.

El Presidente Municipal Darío Benítez y la Secretaria de Seguridad Ciudadana Elsa Macías, no han sido consecuentes con sus propias palabras, y no lo disciplinan. El agente se sabe intocable y sigue tan campante. López Obrador está institucionalizando el acoso y la venganza, y Darío Benítez y Elsa Macías, la sordomudez contra el agente grosero. Vale.

*-El autor es licenciado en Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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