De Pérez Rico a Pérez Pobre
En el peor momento afloraron en la secretaría de Salud del Estado las divisiones, incapacidades, soberbias, egos.
En el peor momento afloraron en la secretaría de Salud del Estado las divisiones, incapacidades, soberbias, egos.
Desde hace unos días las diferencias entre el secretario de Salud, Alonso Pérez Rico y el director del Hospital General de Mexicali, Edgar Castillo López se hicieron patente.
El “pecado” del médico transplantólogo, según nos comentan, fue armar junto con su equipo de trabajo, un plan de contingencia para enfrentar la pandemia y sus consecuencias en la capital del estado.
Desde enero pasado empezaron a circular donativos de empresarios y fundaciones para hacer del Hospital General un lugar más seguro para empleados y futuros pacientes.
Un plan de acción en donde se contempló que el Hospital General sería reconvertido para atención de pacientes con Covid, además dentro de la misma área perimetral en el Centro Cívico estaría apoyado por Hospital General 5 de Diciembre del ISSSTE y la Facultad de Medicina de la UABC, en donde se acondicionaron sus áreas para recibir a los pacientes con fases no críticas de Coronavirus.
Pero al “mejor secretario de Salud que ha habido” (según palabras del gobernador, Jaime Bonilla) no le gustó el plan. No se sabe si fue porque no era su idea, si fue porque participó en este programa el ex secretario de Salud, Caleb Cienfuegos (actual director del hospital del ISSSTE) o porque Pérez Rico ya tenía programado que este centro de atención para enfermos no críticos de Covid-19 estaría en el albergue federal de migrantes, en la calle 11. Sí, en el polémico lugar, rodeado de viviendas y comercios, algunos de los cuales en funcionamiento.
El caso es que el secretario de Salud no lo admitió del todo, se distanció de Castillo López y hasta le pidió su renuncia, bajo el argumento de que había muchas quejas en su contra. La suerte del médico ya estaba echada.
Porque además se recibían con desagrado sus constantes peticiones de insumos para el Hospital General. Argumentaba la autoridad que había un desabasto. Pero el personal requería con urgencia el equipo y el tiempo pasaba, al grado de que hasta el pasado miércoles se recibieron los primeros 500 trajes y 500 batas especiales, cuando ya había pacientes con Covid-19 desde hacía tres semanas en dicha institución médica, quienes pudieron ser atendidos con el equipo donado.
El jueves 2 de abril el titular de Salud hizo un recorrido por el HGM, y al salir dijo a los reporteros que en Mexicali había todavía mucha movilidad de personas. Al día siguiente hasta comparó a la capital con la ciudad china de Wuhan, en donde inició el brote del virus. Médicos locales le hicieron ver que en la ciudad cachanilla se estaban aplicando más pruebas que en otros municipios, por eso las diferencias. Pero ya había un golpeteo contra todo lo que oliera a Mexicali, incluyendo a la alcaldesa, Marina del Pilar Ávila Olmeda.
A las autoridades de salud no les gustaba que alcaldesa, regidores, diputados y hasta la Fiscalía exhibiera, con sus donaciones, la incapacidad para conseguir y dotar de equipo al personal. Pérez Rico decidió el jueves pasado separar de su cargo al doctor Castillo López, a quien en plena cuarentena por haber resultado positivo a coronavirus, le mandaron a su domicilio particular, el oficio de despido como director del Hospital General de Mexicali. También hicieron lo propio con el sub director, Miguel Romero. Así, el mejor secretario de Salud, según el gobernador, está dejando mucho que desear entre el cuerpo médico público en Mexicali. Un Pérez Rico muy pobre en su actuación. Nos dicen. La verdad sea dicha
* La autora es directora del portal MF Noticias Mexicali.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí