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Cuando una imagen retrata una desgarradora realidad migratoria

Las impactantes imágenes de los salvadoreños Óscar Martínez y  su hija de 23 meses, Valeria, flotando a la orilla del Río Bravo cuando intentaban cruzar desde Matamoros hacia Estados Unidos, es un retrato cruel de los verdaderos peligros que enfrentan los inmigrantes. 

Las impactantes imágenes de los salvadoreños Óscar Martínez y su hija de 23 meses, Valeria, flotando a la orilla del Río Bravo cuando intentaban cruzar desde Matamoros hacia Estados Unidos, es un retrato cruel de los verdaderos peligros que enfrentan los inmigrantes.

Los cadáveres que no dejan de aparecer sobre los torrentes del Río Bravo, en los canales y desagües del Río Grande retratan el crudo drama de la inmigración, y con el poder de las redes sociales, fotos como la del padre y su pequeña hija unidos en un abrazo con los rostros sumergidos bajo las pantanosas aguas, se convierte en un icono mundial de la realidad migratoria.

Esta herida ha estado abierta durante años en la frontera, las muertes no merman y, son parte de una responsabilidad compartida entre los gobiernos, los contrabandistas y los migrantes que no miden el peligro al internarse en las peligrosas aguas que dividen las fronteras.

Nada más en el mes pasado agentes de la Patrulla Fronteriza rescataron a un hombre que intentó cruzar el río con un niño de 3 meses atado a su pecho, mientras el inmigrante luchaba por mantenerse a flote, el niño estaba bajo el agua, casi ahogado.

En el año fiscal 2019, que comenzó el 1 de octubre de 2018, los agentes de la Patrulla Fronteriza han rescatado a más de 400 inmigrantes indocumentados de las turbulentas aguas del Río Bravo, incluidos niños pequeños.

Pero Texas también es una trampa mortal para los que persiguen el “Sueño Americano”, esta semana fue hallado el cuerpo de mexicana flotando en un canal en Clint, cerca del río Grande, su nombre respondía al de Natividad Quinto Crisostomo, de 19 años, proveniente de Paracho, Michoacán.

Para agregar más a esta tragedia, este domingo fueron descubiertos los cuerpos de dos bebés, un niño y una mujer flotando en el Río Grande, de acuerdo a las autoridades, las víctimas intentaron cruzar el río a bordo de balsas improvisadas, sin embargo, fallecieron a causa de una posible deshidratación.

A principios de mayo el cuerpo de un bebé de 10 meses fue recuperado de las aguas del Río Grande por el Departamento de Bomberos de Eagle Pass, según los bomberos, la lancha inflable en la que viajaba el grupo se volcó en medio del río, lanzando a todos los tripulantes al agua.

El 24 de junio, agentes de la Patrulla Fronteriza que realizaban operaciones marítimas observaron a un padre y un niño pequeño que intentaban cruzar el río Grande cerca del puerto de entrada del Eagle Pass.

Los agentes vieron al niño, sosteniendo la mano de su padre, luchando por mantenerse a flote, el agua que fluía rápidamente, en última instancia, sumergió al niño varias veces.

A pesar de conocer los riesgos, estas personas prefieren perder la vida en su intento por lograr huir de la violencia de sus países. Cuando platico con ellos, ya en Estados Unidos, y veo a sus hijos, algunos de meses, les pregunto si estaban conscientes de los peligros de cruzar los ríos y canales.

Todos responden afirmativamente, y todos basan su éxito en la fe y la fuerza divina de “Diosito”, que aseguran nunca lo desampara.

Quizás, la fuerza divina no alcanza para todos, y Oscar y Valeria son un recordatorio de que la muerte acecha cuando el arrebato y la desesperación imperan.





*La autora es Corresponsal de la Agencia Internacional de Noticas Efe.