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¿Cómo vamos?

Es un hecho que los gobiernos federales anteriores no tuvieron un desempeño satisfactorio en los rubros como el combate a la inseguridad y a la corrupción, sin embargo, presentaban datos al menos positivos en materia económica, empleo e inversión.

Es un hecho que los gobiernos federales anteriores no tuvieron un desempeño satisfactorio en los rubros como el combate a la inseguridad y a la corrupción, sin embargo, presentaban datos al menos positivos en materia económica, empleo e inversión. La corrupción descarada en el gobierno de EPN fue lo que precisamente generó que la gente se inclinara por voltear a ver a López Obrador, que supo capitalizar la esperanza de eliminarla, tener seguridad y combatir la impunidad.

 Muchas personas de todos los estratos sociales hartos de los anteriores gobiernos y con una esperanza genuina votaron por él, sin embargo, a un poco más de año y medio de su gobierno el 52% desaprueba su desempeño (Consulta Mitofsky), aunque todavía una gran parte de la población sigue confiando que cumpla lo prometido.

Después de casi dos años resulta necesario cuestionarnos, ¿Cómo vamos? ¿Ya no hay corrupción o se han tomado medidas serias para combatirla?, ¿La inseguridad va a la baja? Desafortunadamente todos los indicadores nos muestran que no. En delincuencia, estamos peor, cada mes se rompen récords de homicidios y feminicidios. En cuanto a educación AMLO le dio al sindicato de maestros un cheque en blanco. En desempleo en abril, al inicio de la pandemia se registraron 2.1 millones de personas sin trabajo. En salud al instaurar a rajatabla el INSABI antes del Covid, se tenía un escenario desastroso que incluía desabasto de medicamentos básicos para tratamientos de cáncer. Prometió en campaña que el crecimiento económico sería del 4%, al término del primer año se decreció en -0.1%. En inversión, nos sacaron ya del ranking de los países más confiables para invertir a nivel mundial (a pesar del TMEC).  Fuimos el único país en el mundo que, en esta crisis de salud, no apoyó a las Pymes que son las generadoras del 80% del empleo, por el contrario, subió los impuestos para las plataformas de servicios digitales que ahora nos saldrán más caras a todos.

Prometió acabar con la mafia del poder, pero ésta continúa, le dan los contratos a Slim del Tren Maya, a Salinas Pliego le otorgaron el manejo de las tarjetas del Bienestar, el hijo de Bartlett vende ventiladores a sobre precio excesivo, todo sin la respectiva licitación, de hecho, se ha roto el récord del mayor número de asignaciones directas para otorgar contratos, además de estar documentadas 171 empresas recién creadas que obtienen los mejores proyectos.

Prometió cero impunidades. ¿A cuántos ex presidentes, ex gobernadores ha metido a la cárcel? Ninguno.  Y cuando se señala corrupción de personajes de su gobierno los justifica y avala, haciéndose cómplice.

Está visto que este gobierno no da para más, ya que, aunque es poco tiempo, no hay un solo indicador de que se estén tomando medidas serias para acabar con los problemas de raíz.

Nos toca a los ciudadanos, organizarnos y unirnos para construir una alternativa de futuro incluyente, novedosa y moderna, que contraste con la intolerancia, corrupción e incompetencia de este gobierno. Lo primero: dejar de dividirnos entre ricos y pobres, conservadores y liberales, izquierdas y derechas. Somos ante todo   mexicanos, unidos por un ideal grande: Construir en Democracia, el México libre y de oportunidades que anhelamos todos.  

 

* La autora es consejera familiar. 

 

 

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