Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna Mexicali

Cero y van tres

Pues nada, que la terquedad individual, la contraorden de uno afecta a miles.  Nuevamente me refiero tanto a las medidas, liderazgo y comunicación contra la pandemia del coronavirus, como a la decisión de cancelar la refinería. Aunque incluiré en esta ocasión a la sociedad cachanilla.

Pues nada, que la terquedad individual, la contraorden de uno afecta a miles. Nuevamente me refiero tanto a las medidas, liderazgo y comunicación contra la pandemia del coronavirus, como a la decisión de cancelar la refinería. Aunque incluiré en esta ocasión a la sociedad cachanilla.

La mayoría de los que vivimos aquí en Mexicali dispuso que no le importaba la cervecera, no le importaba ser objeto de una consulta amañada e ilegal, como tampoco le dio interés a que permitiéramos se abriera la puerta a las decisiones de autoridad ajenas a nuestra ciudad y evidentemente concernientes a nuestro estado. Consulta carente de sustento jurídico, sin ningún cumplimiento a la normatividad para realizarla pues solamente podría ser mediante coordinación del INE y no de la Secretaría de Gobernación.

La sociedad dispuso no participar pues participó menos del cinco por ciento de los ciudadanos, pero de ese bajísimo porcentaje el 76 por ciento rechazó el proyecto y no dudo por intervención de personas manipuladas, trasladadas y llevadas a votar por encomienda. ¿En dónde quedó el otro noventa y cinco por ciento de los que podríamos emitir nuestra opinión, voluntaria y sin acarreo? Aún no lo entiendo: se espantó, pensó no importaba participar o de plano le daba igual tener una cervecera aquí que de haberse terminado generaría una importante derrama económica directa e indirectamente por los trabajos y los servicios que requeriría.

No entiendo a las autoridades locales, si se sabe que el proyecto era un imán para más inversionistas nacionales y extranjeros, para proveedores y para cientos o quizás miles de bajacalifornianos que tendrían la oportunidad de encontrar una fuente de trabajo o servicio formal. No entiendo cómo en menos de 48 horas, salieron a levantar la mano otros gobernadores queriendo recibir la planta, avalar el proyecto: ya están apuntándose Nayarit y Tabasco… este último estado casualmente el natal del ahora presidente, cosa rara, no cree estimado lector.

Curiosa y casualmente lo interpreto porque dicen que en cualquiera de los dos si se respetarían las normas, los permisos, el estado de derecho y existe incluso la posibilidad de darle algunos apoyos. Luego entonces, aquí, en Mexicali y Baja California no se respeta nada de eso? ¿Habrá sido plan con maña cancelar Mexicali para beneficiar a Tabasco?

Frente a estas dudas surgen comentarios y notas en el sentido de que la empresa pudiera interpelar la decisión porque los lineamientos del T-MEC (antes TLCAN) lo permiten para empresas e inversionistas de cualquiera de los países. Pero aunque así fuera la decisión de la empresa, hay algo que me llama la atención: el fallo tardaría varios meses quizás un par de años y si es que ganara la empresa entonces el gobierno federal tendría que resarcir el daño por el monto invertido y el valor del proyecto de ser ese el caso, me inquieta saber quién se hará cargo del monto a pagar; no creo que sea el gobierno federal, luego entonces le dirá a nuestro estado y a los que aquí vivimos se haga caso del quebranto, para lo cual seguramente se tendrían que ajustar los ingresos estatales vía aumento de impuestos y/o subiendo precios público. Hayamos participado o no en la consulta, los que nos visiten los que trabajemos o vivamos en Mexicali y Baja California pagaremos los platos rotos.

Empecé la colaboración con Cero y van tres, porque a la decisión de cancelar la cervecera, estaban antes las cancelaciones del aeropuerto de la zona metropolitana de la Ciudad de México con una consulta no recabada por usuarios y prestadores de servicios en ese tema; la otra fue el Metrobús en Torreón cuando se definió cancelarlo a mano alzada durante evento del presidente.

Quiero traer a cuenta que apenas en la reciente convención bancaria el presidente mencionaba existían “condiciones inmejorables para crecer”… la cancelación de Mexicali parece no ir en ese sentido.

Quiero sumarme a la opinión de Catón del pasado miércoles en su columna “Otro virus” respecto a que la consulta es populismo, populismo puro, fue carente de efecto jurídico y el atropello manda malas señales al inversionista del exterior en momentos en que vivimos mucha volatilidad en el tipo de cambio, en la caída de la inversión, en el entrampado mercado petrolero, en las frágiles finanzas públicas y en plena pandemia que está frenando toda actividad económica y social del país y del mundo.

Porque sigue vigente, termino con lo que expresé la columna anterior, “... tengamos en cuenta que ante la pandemia y la consulta sobre la cervecera, no debe aceptarse el peligro de ser contagiado ni el riesgo de contagiar. No podemos ser imprudentes al contagiar el virus, ni contagiar la confianza de inversionistas. Evitemos una infección cervecera“. Hasta la próxima y mientras tanto seamos ciudadanos prudentes ante las medidas para prevenir los contagios.

* El autor es Consejero y Tesorero Nacional de Index, además de Director de Recursos Humanos para LatinAmérica en Newell Brands.

En esta nota